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En un artículo anterior publicado en este portal evidenciamos las elevadas ganancias nominales y altísimos márgenes de rentabilidad del sector bancario (http://abcenlinea.com.arponiendo-estaba-la-banca-la-extraordinaria-rentabilidad-del-sector/). Luego, el discurso de Cristina Kirchner la semana pasada, evidenció también cómo los agentes financieros utilizan estos recursos para realizar maniobras especulativas y de desestabilización sobre la moneda nacional (http://abcenlinea.com.arsobre-el-contado-con-liqui-y-otras-yerbas/).
Sin embargo, a pesar de ello, ratificamos lo que concluimos aquella vez: “No hay que estigmatizar al sector bancario, es una herramienta fundamental para canalizar el ahorro hacia la inversión, a la vez de ser un vehículo de financiamiento en el acceso al primer hogar, compra de bienes durables, inversiones de pymes, etc. Sin embargo, este sector no está cumpliendo este objetivo…Profundizar implica tocar las rentabilidades extraordinarias, pero también recuperar una banca al servicio del desarrollo nacional y la inclusión social”.
La reciente designación de Alejandro Vanoli al frente del BCRA comenzó su gestión justamente en este sentido. En su primer día paralizó las operaciones de las sociedades financieras y bancos sospechados de maniobras tipificadas bajo la Ley Penal Cambiaria logrando en un solo día hacer desplomar al dólar ilegal un peso. Al día siguiente, en un paso más en ese sentido, toco el corazón de la rentabilidad bancaria, el diferencial de tasas. Este diferencial es la (valga la redundancia), la diferencia entre lo que pagan los bancos por captar fondos en plazos fijos de ahorristas y lo que cobran por los créditos otorgados.
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Esta nueva resolución del BCRA lo que hace es mantener los techos a los créditos (sin perjuicio de pymes, deudores hipotecarios, o al consumo), pero al mismo tiempo, eleva los pisos mínimos de tasa de interés que se le pagan a los ahorristas de plazo fijo.
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Durante todo este período de gestión de Fábrega se había colocado un techo a la tasa de interés que los bancos cobraban por sus créditos. Sin embargo, esto no implicó un mayor costo para los bancos, sino que lo que hicieron fue transferir esta potencial pérdida de rentabilidad a mayores costos para los ahorristas bajándoles sus rendimientos. ¿Cuál fue su reflexión? Si yo cobro menos por mis créditos, entonces pago menos a los depósitos de los ahorristas, de tal manera de trasladar el costo de la medida. Por esta razón los depósitos de plazo fijo eran una pobre opción para mantener el poder adquisitivo del ahorro, desmotivando el ahorro y configurando un escenario de aliento a la corrida contra el dólar.
Esta nueva resolución del BCRA lo que hace es mantener los techos a los créditos (sin perjuicio de pymes, deudores hipotecarios, o al consumo), pero al mismo tiempo, eleva los pisos mínimos de tasa de interés que se le pagan a los ahorristas de plazo fijo. De tal manera reduce el diferencial que compone el principal núcleo de la rentabilidad bancaria (tiene que pagar más a los ahorristas, pero no puede cobrar más por sus créditos). Al mismo tiempo busca fortalecer los mecanismos de ahorro en moneda nacional que financien el desarrollo productivo local e intentando ofrecer alternativas al acopio de dólares que, en vez de financiar el desarrollo local, es un mecanismo de fomentar el progreso de la potencia imperial norteamericana.
Estos nuevos sucesos revelan varias cuestiones: por empezar la potencialidad en la intervención que significó la Nueva Carta Orgánica del BCRA, pero a su vez la necesidad que haya una determinante decisión política de avanzar en su aplicación y utilización de todas las capacidades regulatorias que la ley permite. Pero al mismo tiempo, como dijo CFK, reveló el desfase temporal de la Ley de Entidades Financieras (heredada de la dictadura) y la Ley Penal Cambiaria de 1971 para regular las actuales complejidades de los mercados financieros y los nuevos instrumentos creados desde aquel momento hasta la actualidad. El proyecto nacional sigue avanzando, esta vez contra el sector de mayor rentabilidad desde 2003 hasta la fecha. Despierta entusiasmo y alegría en el campo popular, pero no sería sorpresivo esperar una reacción del sector que no aceptará dócilmente la caída en sus márgenes de ganancia. Como decía Jauretche: “conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor”.
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