¿Los medios contra Larreta o contra el Pacto de Gobernabilidad que potencia a Alberto Fernández?

Por Alejandro Agüero

De repente los grande medios de comunicación salieron en fila a cuestionar la figura del Jefe de Gobierno porteño. A la cabeza el grupo La Nación, que bajo pretexto de rechazar la medida que busca limitar las salidas de los mayores de 70 años, intenta esmerilar a Rodríguez Larreta que de un tiempo a esta parte se ha convertido en una de los mayores dadores de gobernabilidad de un Alberto Fernández que buscó ampliar la base de sustentación del Aislamiento Social Obligatorio.

No resulta sensato poner en discusión la necesidad de aislar a los adultos mayores, y de fondo lo que aparece es un intento por parte de los medios de erosionar el triángulo conformado entre el Presidente, el gobernador bonaerense y el jefe de gobierno de la ciudad.

Sorprendió y molestó mucho a varios operadores económico con lobby en los principales medios la presencia de Larreta en la Quinta de Olivos durante la presentación de la propuesta de canje de deuda a los acreedores. Más molestó a Mauricio Macri, que sin encontrar el ángulo correcto, pone a Patricia Bullrich y a Mario Negri a jugar la política de desgaste a un Alberto Fernández que extiende el buen momento en la opinión pública con encuestas que lo muestran por arriba de los 70 de aprobación.

Si el eje inicial de los medios cuestionaba el excesivo sanitarismo en desatención del impacto en la economía real no caló en una sociedad que ve con pavor las cifras de muertos en Europa y Estados Unidos, la editorialización pasó sin suerte luego por Cristina y el Impuesto Patria para terminar recalando en una especie de imputación a una hiperconcentración de poder en la figura presidencial alertando un eventual regreso de un populismo de tipo autoritario.

En este orden de cosas, las críticas a Rodríguez Larreta son un intento explícito y poco original de restar sustancia al amplio y sólido bloque de poder que se articuló detrás de un Alberto Fernández que parece hoy inmune a las operaciones mediáticas, e incluso a los errores varios de su equipo de gobierno.

La editorial de José Luis Escribano para el diario La Nación sintentiza la saga de presiones mediáticas que cayeron sobre el jefe de gobierno de la ciudad.

«No olvide que sus decisiones están siendo sopesadas en el contexto de un gobierno que administra a fuerza de decretos de necesidad y urgencia. Que lo hace con un Congreso que no sesiona, es decir, que no legisla ni fiscaliza, y con un Poder Judicial retraído literalmente, salvo para una u otra urgencia, en su mutis por el foro. La historia los juzgará a todos por igual, pero estamos hablando de lo que ocurre ahora. Los antecedentes institucionales de la Argentina moderna azuzan la preocupación».

Escribano no es Beatriz Sarlo, ni tampoco Graciela Meijide. El operador de La Nación no escribe por despecho como si lo hace Jorge Asís que se imaginaba en la Embajada de España y terminó volviendo sobre sus pasos para recalar nuevamente en la silla de Animales Sueltos. El ´histórico´ del diario de los Mitre defiende intereses económicos y busca desgastar el proyecto de poder de un Alberto Fernández que hoy goza de buena salud.

Entre tanto, la viabilidad del proyecto presidencial de Larreta exige en primer lugar de correr a Macri de su rol de líder de la oposición, y en ese camino encontró a Alberto Fernández como un aliado circunstancial, quien a su vez, requiere de coordinación institucional para crear gobernabilidad en tiempos de Coronavirus.

Impensado tiempo atrás, pero hoy pegarle a Larreta es erosionar a Alberto Fernández. Tardó en entenderlo incluso Página 12, que tuvo que acomodar su línea editorial al calor de las declaraciones de respaldo al porteño por parte del Presidente de la Nación.

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