Solo pasa en la Argentina que un presidente emita un decreto de necesidad urgencia en materia electoral para volver sobre sus pasos dos meses después. Si se pensaba que la trampa era propia de la vieja política peronista, Cambiemos demuestra que la mañas son transversales al sistema político.
Con operación de prensa mediante, la Casa Rosada salió a vender que habilitó a María Eugenia Vidal a negociar con Alternativa Federal para que su boleta vaya colgada de la fórmula presidencial del peronismo no K en un intento de reducir las chances de la derrota en la provincia de Buenos Aires.
Dos datos son ciertos ante tanta especulación: el primero tiene que ver que con que el vidalismo confirma que está perdiendo la gobernación; y el segundo está asociado al rechazo de las versiones puertas adentro del massismo que aseguran a quien quiera consultarlos que con Sergio nadie habló.
No obstante, la operación de prensa que salieron a replicar de manera homogénea desde todos los medios busca limar la negociación entre Massa y Fernández aunque en el afán de comulgar con la Rosada descuidan que el único efecto inmediato es inflar la figura del tigrense que congelará las conversaciones con el kirchnerismo para vender más caro su cuota parte dentro de un acuerdo que parece difícil de obturar por parte de Marcos Peña.