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Esta semana se hizo público el acercamiento de Francisco De Narváez al Frente Renovador. Sin embargo, el dato que sorprendió a todos fue que Darío Giustozzi, luego de boicotear el ingreso de Martín Insaurralde al massismo, haya sido el encargado de atraer al empresario en una jugada que apunta a dar volumen a su propia candidatura a gobernador.
En este sentido, el ex intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi, hizo pública su empatía con Francisco De Narváez y afirmó que la gran diferencia entre el empresario e Insaurralde es que «nadie duda de que forma parte de la oposición y coincidió con varias de las cuestiones centrales con nosotros en los últimos tiempos, hemos tenido coincidencias importantes, como con (el rechazo a) la ley de Abastecimiento».
Luego de los elogios a De Narváez, Giustozzi dejó una señal política al afirmar «Hay que buscar las coincidencias políticas con quienes tenemos coincidencias programáticas». Así las cosas, queda en evidencia el interés de Giustozzi en acordar electoralmente con quien ganara las legislativas del año 2009.
Por el contrario, el ex mandamás de Almirante Brown siguió a lo largo de la semana con su permanente campaña de desgaste a Insaurralde, y aprovechó entonces la presencia de Sergio Massa en su virtual lanzamiento como gobernador para afirmar «Yo también renuncié a una banca de diputado nacional, pero no por especulación política, sino por convicciones.»
En este orden de cosas, Martín Insaurralde es el principal afectado por la sociedad reciente entre Darío Giustozzi y Francisco De Narváez. Definitivamente, el esposo de Jésica Cirio concluye el año político acosado por una soledad alarmante que pone en peligro su proyección electoral.
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