Una demanda constante, respondida por una escasa oferta y mínima participación oficial, hace que el precio del dólar continúe sondeando nuevos máximos. La renovación parcial de Letras del Tesoro (70% del total) y la expectativa de un importante volumen de pesos que podrían sumarse la próxima semana, frente a un nuevo vencimiento de LEBAC, suman presión para la cotización de la divisa de EEUU, que acumula un alza de 113% en 2018.
En el promedio de casas de cambio y bancos del microcentro la divisa de EEUU se ofrece a $40,50 para la venta y $38,71 para la compra.
En el circuito mayorista o interbancario, durante los primeros negocios hubo ventas puntuales del Banco Central a $39,90, que pusieron techo a la tendencia alcista. Ahora las operaciones se concretan a 39,70 pesos.
«Las compras privadas de divisas producto de la liquidez sobrante en la última licitación de LETES presionaron al dólar», indicaron desde Research for Traders.
La inflación más alta de 2018 fue la informada para julio, un 3,9% según el INDEC, y ya las consultoras anticipan que en septiembre podría acelerarse aún más, debido al empujón que da a los precios la escalada del dólar, para acercar al IPC a una cifra anualizada próxima al 40%, tal como ocurrió en 2016.
En la comparación, el valor del dólar creció 132% en los últimos 12 meses, tres veces más que la inflación, aun cuando ésta apunta a ser la más alta desde 1991, antes del establecimiento de la convertibilidad.
«El dólar por ahora va a seguir subiendo, ya que la poca oferta de exportadores no alcanza a cubrir la demanda de bancos, empresas e inversores, que toman cobertura anticipadamente para la semana que viene, donde el martes 18 vencen LEBAC y no se sabe con exactitud aún quién sigue o cancela su inversión y se pasa a la divisa norteamericana», indicó un reporte de ABC Mercado de Cambios.
Para entender la potencia del reciente salto cambiario, basta observar que en el último mes la divisa de EEUU subió un 33%, desde los $30,38 para la venta promedio del pasado 14 de agosto.
Para el economista Gustavo Ber, «las proyecciones de alta inflación -junto a una mayor inyección de pesos- impulsan a la divisa al tener que actualizarse en el tiempo en un programa de convergencia del déficit externo».
Otros datos inquietantes tienen como consecuencia la dolarización de carteras. Por una parte, la salida de depósitos en dólares, por un monto mínimo respecto del total de las colocaciones, pero ya un fenómeno incipiente.
Por otro, la consecuente caída de las reservas del Banco Central, que desde el 22 de junio, cuando ingresaron los USD 15.000 millones provistos por el FMI, restaron USD 12.741 millones, desde los USD 63.270 millones, a los USD 50.529 millones.
Hoy las reservas no están lejos del mínimo del año (USD 48.102 el 19 de junio), a la espera de que se hagan efectivos unos USD 3.000 millones, correspondientes al segundo desembolso trimestral acordado en el stand by con el organismo multilateral.
El récord de activos internacionales en las arcas del BCRA fue de USD 63.906 millones, el 11 de enero pasado, cuando ingresaron USD 9.000 millones de la última colocación de bonos soberanos en el exterior, en un momento en que las tasas internacionales lo permitían.
En el transcurso del año, las ventas de propias reservas efectuadas por el Banco Central, o las realizadas por la entidad a cuenta del Tesoro nacional, ascienden a USD 17.934 millones en 2018.