Por Alejandro Aguero
¿Cuántas veces se dijo que el gobierno de Alberto Fernández no terminaba de arrancar? ¿Cuántas veces se buscó esmerilar al Frente de Todos buscando tensionar el vínculo entre AF y CFK? ¿Cuántas veces se dijo, incluso desde los propios despachos oficiales, que el gobierno no terminaba de enamorar?
Quien suscribe no comparte esa visión, y por el contrario piensa que desde el 10 de diciembre en adelante la gestión presidencial cumplió el contrato electoral con su base social, y en este sentido, todas las medidas apuntaron a darle aire al poder adquisitivo de los jubilados y empleados formales que se encuentran en la base de la pirámide. Medidas varias como la tarjeta alimentar o el programa de remedios gratuitos para la tercera edad junto al congelamiento de las tarifas rinden cuenta de un norte claro por parte del gobierno nacional.
Sin embargo, llegó la epidemia del CORONAVIRUS, y el correcto manejo de la situación por parte de la Casa Rosada permitió articular una narrativa épica que cerró filas al interior del oficialismo y obligó a la oposición a militar la unidad nacional luego de la potente foto que encontró el domingo pasado al Presidente de la Nación con el Jefe de Gobierno porteño, quizás hoy el jefe de la oposición.
La crisis sanitaria del Coronavirus le dio a Alberto Fernández ese enemigo externo para encontrarse con la sociedad. Si Néstor lo encontró con el FMI, hoy parece que el presidente tiene en la pandemia la excusa necesaria para hacer PERONISMO. Sisi, peronismo o estatismo en tiempo de crisis y eventual default.
Si hasta la semana pasada la política gubernamental giraba en torno a la administración de la escasez para llegar a un entendimiento con los organismos internacionales de crédito, el CORONAVIRUS le dio el marco necesario a Alberto Fernández para patear el tablero y romper el cerco macroeconómico heredado por la pésima gestión macrista.
Así las cosas, el paquete de medidas anunciadas empieza con un bono a Jubilados de la mínima, sigue con un beneficio extra para los beneficiarios de la AUH y se amplía con el regreso a toda escala del programa REPRO. Una larga lista de políticas anunciadas esta tarde por el tándem Martín Guzmán y Matías Kulfas.
Si por estas horas nadie se anima a discutir la necesidad de un estado presente para morigerar el impacto de la crisis, el presidente levantó también la voz para unificar a la sociedad detrás del cuestionamiento a los empresarios remarcadores de precios. Los mismos a los que les apuntó el primero de marzo en su discurso de inauguración de sesiones parlamentarias.
Bienvenido otra vez el relanzamiento del PROCREAR, la profundización de Precios Cuidados, los precios máximos y el rol rector del estado.
¿Querían Peronismo? Llegó el 10 de diciembre para algunos y arrancó esta semana para TODOS.