Retenciones segmentadas: análisis económico de una victoria política

La decisión de la FAA no obedeció a una reconversión ideológica de la entidad, sino a un mero retorno a su función primordial: ser una federación patronal que defiende sus intereses sectoriales. En este contexto decidió sentarse a negociar con el Gobierno Nacional mecanismos de política económica que defiendan a sus representados, los pequeños y medianos productores. Abandonar el furgón de cola de la SRA le brindó resultados exitosos. Luego de una jornada de negociaciones e intercambios, el Gobierno anunció lo que ya había intentado hace 7 años: segmentar las retenciones a las exportaciones diferenciando entre los poquitos grandes jugadores del mercado y la gran cantidad de pequeños y medianos productores.

La decisión política fue implementar un esquema de devolución de las retenciones a las exportaciones, de forma tal que beneficie a 46.121 productores de soja, trigo, maíz y girasol. Este universo de beneficiados representa al 69% (más de dos tercios) del total de los productores. El monto que será devuelto a estos productores asciende a $2.500 millones anuales. Al comparar este dinero con el total recaudado durante 2014 en concepto de retenciones a las exportaciones (más de 84 mil millones de pesos) se concluye que esta medida implica resignar recursos por un 3% de lo recaudado por este gravamen. Un monto significativamente menor por el sesgo distributivo y el éxito político que implica fracturar un eje de desestabilización y extorsión muy poderoso de la economía argentina.

La medida es una herencia de la vieja resolución 125, de lo mejor de ella, del proyecto de ley que aprobó diputados y que rechazó Cobos luego de un empate en la Cámara de Senadores. Ese proyecto establecía un esquema de retenciones móviles que vinculaba el gravamen al a la evolución de los precios internacionales de los commodities. Esto permitía no sólo desacoplar los precios internos de los internacionales, sino sobre todo otorgarle al productor agregar un sesgo de estabilidad y predictibilidad en sus pecios, costos y márgenes. Hoy todo el sector agropecuario estaría pagando menos retenciones en base a los actuales precios de los commodities. La ambición y la falta de visión estratégica impidió ver que los precios de la soja superiores a U$S600 por tonelada era sólo un momento, y que podrían seguir otras etapas de bajas, donde el esquema propuesto los beneficiaba. Sin embargo, en aquel entonces, adicionalmente se propuso un esquema de segmentación de las retenciones en base a la producción beneficiando a pequeños y medianos productores, y también agregando un elemento que debería ser retomado para incrementar el sesgo progresivo de esta medida: un esquema de transferencias a aquellas unidades productivas más alejadas de los puertos (que en general coinciden con las tierras con menor productividad y por ende menores márgenes).

La medida suma un segmento adicional de solidaridad que rompe con los incentivos a la especulación financiera en base a la acumulación de stocks de producción. Es decir, desestimula la acumulación de silobolsas. El pequeño y mediano productor cobrará las devoluciones en la medida que se liquiden exportaciones, el fondo de devolución se alimentará justamente de estos recursos.

Pero adicionalmente, el esquema propuesto incentiva la diversificación productiva y desestimula el monocultivo. Un informe de la Fundación Mediterránea (origen del ex Ministro Cavallo, que no puede ser acusada de kirchnerista) explicó que “un productor sojero que reciba el mayor monto de compensación que establece el programa de estímulo a los pequeños productores estará recuperando el 34% de lo que le cuesta el esquema de intervención, el 53% si se trata de trigo y el 101% si se trata de maíz. En el otro extremo, un productor que reciba el menor monto de compensación recuperará el 3,4%, el 5,3% y el 10,1%, respectivamente, de la carga”. Este pequeño ejemplo evidencia el carácter progresivo de la medida y su incentivo a la diversificación productiva. Sólo el interés mezquino y no solidario de la oligarquía agro ganadera puede oponerse a semejante beneficio. Saber quién se opone a un anuncio de esta magnitud también ratifica que la medida va en el sentido correcto.

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