El pasado martes se hizo pública la renuncia del hasta entonces decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, José Luis Giusti, quien dejó su cargo aduciendo motivos personales. Si bien hasta el momento no se conocen las razones que llevaron a Giusti a tomar esta decisión, algunos rumores apuntan al hecho de que devinieran públicos en los últimos días algunos negocios que el exdecano mantenía por lo bajo. Más allá de las especulaciones, lo cierto es que su renuncia se suma a la de Darío Richarte, exvicerrector de la UBA y exdirector del Servicio de Inteligencia del Estado, quien dejó las oficinas de Viamonte 444 hace tan solo un mes, en condiciones también poco claras, relacionadas en ese caso incluso con el tristemente célebre caso Nisman. En este contexto de crisis política de la UBA, el referente del espacio opositor “Otra UBA es Posible”, candidato a rector en 2013 y consejero superior del claustro de profesores, Federico Schuster, se refirió a las renuncias de Richarte y Giusti en declaraciones a ABC en Línea.
ABC en Línea (ABC): ¿Están relacionadas las renuncias de Richarte y Giusti?
Federico Schuster (FS): Es difícil saberlo. La renuncia de Richarte es innegable que se vincula con denuncias que lo relacionaban con elementos residuales de la SIDE. Eso generó malestar en el oficialismo de la universidad (ya lo había generado antes entre nosotros los opositores) y él se vio obligado a pedir licencia primero y luego a renunciar. De la renuncia de Giusti en cambio sabemos muy poco, los únicos datos que hay provienen de portales de noticias que indican una situación personal de un divorcio por un lado y por otro la existencia de vínculos con una empresa que vende insumos al Clínicas y al Roffo, pero todos esos son elementos que no sabemos si son ciertos o no. Pero algo importante debe haber para motivar su renuncia. Sea como fuere, estas dos renuncias tan seguidas marcan una situación institucional compleja. También me parece que la alianza que gobierna hoy la UBA, y nosotros siempre lo dijimos, tiene sus conflictos internos.
ABC: ¿Crees que hoy en la UBA hay un regreso de las prácticas de corrupción existentes en la época del exrector Oscar Shuberoff?
FS: Nosotros objetábamos ambas figuras porque, más allá de lo personal, tanto Richarte como Giusti pertenecieron a la gestión de Shuberoff y fueron parte de la Franja Morada tan cuestionada en su momento. En el caso de Richarte, además, él fue segundo de la SIDE durante el gobierno de Fernando De la Rúa y no nos parecía que ése era el mejor perfil para un vicerrector de la UBA. Después salió a la luz que él mantiene hoy los contactos con los servicios de inteligencia y que de hecho en su profesión de abogado utilizaba constantemente esos lazos. Eso es difícil de aceptar. Alguien en esa situación no tendría que haber sido designado como vicerrector de la universidad.
En el caso de Giusti, no quisiera prejuzgar. Hay quienes dicen que lo que sale en los portales respecto de su renuncia es justamente una operación en su contra a partir de conflictos internos…
ABC: …son las versiones que lo mencionan justamente a Richarte como quien difundió esa información.
FS: …algunos lo mencionan, sí. Pero son solamente rumores. No se puede hablar livianamente sobre esas hipótesis. Sin meterse en eso, porque no hay información fehaciente, sí me parece que en la época en que Shuberoff gobernaba, tenía sobre todas estas figuras que por entonces eran jóvenes, un cierto control. Sin Shuberoff, lo que parece ser es que esas disputas internas de poder se han desbandado. Este nuevo shuberoffismo, sin moderación alguna, resulta incluso más dañino entonces para la universidad. No pongo en duda la capacidad política del actual rector Barbieri, que por supuesto la tiene, pero es evidente que no es él el líder natural de todo ese espacio.
ABC: En sólo cuatro meses de este 2015, ya han renunciado el vicerrector de la UBA y el decano de una importante facultad, lo que da cuenta de una clara crisis política. ¿Crees que esto puede permitir que otros espacios comiencen a participar más activamente de las decisiones en la UBA?
FS: Yo pedí al rector en el último Consejo Superior que convocara a un diálogo institucional abierto y amplio, asumiendo el problema que tiene la universidad. Es evidente que estas renuncias son síntomas de un problema, que también se expresa en conflictos como el del presupuesto, el CBC y los colegios preuniversitarios. Creo que la mejor manera de enfrentar el problema es llamar a todos los sectores, abriendo el juego para generar consensos amplios que comiencen a resolver las dificultades. No sé si esto sucederá, pero sí tenemos la expectativa de que se abra el juego. Yo no creo que esto lleve a un nuevo gobierno universitario, siendo que el rector asumió hace un año. Hoy estamos pensando en una lógica por completo institucional, donde creemos que es necesario terminar con ciertas prácticas que castigan a las facultades según sus decisiones políticas y que limitan el diálogo democrático en la UBA.
ABC: A partir de estos hechos, ¿resulta más difícil para ciertos sectores del oficialismo seguir defendiendo las políticas del rector Barbieri? ¿Puede erosionarse el espacio político que hoy gobierna la UBA?
FS: Quiero creer que las personas más razonables del bloque oficialista (las hay, y varias) tendrán la capacidad de marcar un freno y de decir que por este camino institucional el futuro es el del Titanic. Hay un iceberg por delante y estamos conduciendo hacia él creyendo que no hay nada o diciendo que no hay nada. La verdad es que no sería bueno para nadie una nueva crisis institucional de la UBA, porque dañaría a toda la institución.