Por Agustín Cesio
“Dicen que soy militante desde que estaba en la panza de mi madre”. De esta forma se autodefine el senador provincial. Hijo de dos históricos del peronismo como Fernando Galmarini y Marcela Durrieu, remarca el recorrido propio. “A los 24 años fui presidente del PJ de San Isidro. El más joven, quizás, de toda la provincia. Parecía la mascota del equipo”. En San Isidro, su lugar en el mundo, fue candidato a intendente en 2007 y precandidato en 2011.
El cuñado de Sergio Massa es politólogo. Desde que ingresó al Senado bonaerense (del cual es su vicepresidente segundo), en 2013, su labor se centró en “temas como la reforma política. Nuestros proyectos son, por un lado, consecuencia de lo que trabajamos desde el Frente Renovador; por el otro, tienen que ver con el desempeño académico, por el hecho de ser docente universitario”.
De esta forma, Galmarini se explayó sobre la alquimia entre parlamento y academia que da forma al día a día de su trabajo político. “Por ejemplo: el límite a las reelecciones sumado a las incompatibilidades (preside la comisión de Reforma Política y Régimen Electoral, además de ser secretario de la de Legislación General e integrante de la de Asuntos constitucionales), el avance en el voto electrónico y en su reglamentación. Trabajamos sobre las formas semidirectas de democracia que la provincia, a pesar de la reforma constitucional del ‘95, nunca las terminó por implementar. También en leyes novedosas como la de paridad de género, que es de mi autoría”.
Es obligatorio hablar sobre lo sucedido la semana pasada: el descontento social, producto del tarifazo en los servicios públicos, se hizo manifiesto en las calles con cacerolazos. ¿Cuál es tu lectura al respecto?
Es una manifestación legítima, independientemente de la cantidad de ciudadanos que hayan salido a la calle a protestar y de la movilización militante que haya habido. Ni antes eran destituyentes los que salían a la calle a protestar contra el gobierno kirchnerista, ni lo son ahora. En todo caso hay un genuino reclamo de la comunidad. Esto muestra en forma muy clara el altísimo grado de improvisación del gobierno nacional. Lo que sucedió con el tarifazo de gas raya el ridículo, no solamente en términos de las marchas y contramarchas, sino que además ni siquiera tienen claro el objetivo de fondo. Mi sensación es que ese conflicto recién se inicia y está lejos su final.
Las medidas con impacto negativo en la sociedad tenían como contrapeso el develamiento de hechos de corrupción del gobierno anterior. Muchos, y no sólo dentro del FpV, aseguran que esto busca redireccionar los humores de la sociedad. Teniendo en cuenta la pregunta anterior, ¿crees se acabó la luna de miel del gobierno con la sociedad?
Sí. Esto marca el final de la mal llamada luna de miel. Se terminó con esta construcción del gobierno nacional de que en el segundo semestre iba a cambiar la situación económica, productiva y social de la Argentina. No me parece que el cacerolazo haya sido tapado por el descubrimiento de 4 millones y medio de dólares en las cajas de seguridad de Florencia Kirchner. Me parece que es tan mamarrachesco lo que el gobierno nacional ha hecho con el sistema tarifario como la impotencia y la bronca que te dan todos los hechos de corrupción que se han destapado en este tiempo.
Venimos transitando una situación económica crítica, producto de la aceleración de la inflación desde de diciembre hasta ahora y, por otro lado, por el resentimiento en la actividad productiva. ¿Cómo pensas que se debe hacer oposición?
Brindamos una mirada diferente a la tradición política argentina. Estamos planteando que para ser oposición no necesariamente tenes que decir a todo que no y entonces plantear esta vieja idea de “cuanto peor, mejor”. Sergio Massa ha sido muy claro hablando de esta idea de oposición constructiva. En aquello que estamos de acuerdo, acompañamos al gobierno, y en lo que no, somos feroces opositores, independientemente que todavía haya sectores políticos que sueñen con la vuelta al. Hay una nueva década neoliberal en marcha en la Argentina y frente a ello queremos es darle racionalidad al debate.
Somos muy críticos de la posición macroeconómica que ha tomado el gobierno. No creemos que el mercado sea un asignador eficiente de recursos, el estado tiene que ser el regulador de esa balanza. Si uno mira a vuelo rasante la política económica, se ve claramente que hay una caída del consumo por la inflación y el crecimiento insuficiente de los salarios. Tampoco ha habido una lluvia de inversiones como el gobierno anunció en los primeros meses. Sin embargo, pareciera haber estabilidad en el nivel de inversión. Por otro lado, es un enorme problema el balance comercial.
El conflicto por el tarifazo recién se inicia y está lejos su final. Marca el final de la mal llamada luna de miel del gobierno con la sociedad. Con las medidas recesivas se está yendo hacia una situación de estanflación. Cómo señaló Massa: “entraron al quirófano con una motosierra”
De modo que si uno hace un análisis de lo que está pasando a nivel nacional, diría que el gobierno, con las medidas recesivas que tomó, está yendo hacia una situación de estanflación: de un crecimiento de la inflación con un crecimiento del desempleo, con baja en la actividad que está pegando fuerte en algunos sectores más que en otros.
Muchos de esos problemas no son creados por la nueva administración. Nuestro país ya venía, por lo menos, desde 2008 con un proceso inflacionario. El crecimiento del déficit fiscal y el aumento de la emisión monetaria tuvieron un impacto. El descongelamiento de las tarifas para achicar el déficit era una medida que teníamos que tomar. Con lo que no estamos de acuerdo es con la forma en la que se hizo: poniéndole un freno de mano a la economía y, cómo señaló Sergio Massa: “entraron al quirófano con una motosierra”.
Pasemos al suelo bonaerense. Aquí, además de los factores económicos, la inseguridad y la lucha contra el narcotráfico son temas sensibles. Desde la semana pasada viene generándose una polémica en torno al jefe de la policía bonaerense. Tu espacio político ha cruzado a la gobernadora Vidal al respecto. ¿Ves en ella alguna dirección política o algún plan concreto en materia de seguridad?
No. Pero vimos al inicio de esta gestión algo más razonable de lo que venía pasando en nuestra provincia en los últimos años. Después de ocho años de gobernación de Scioli, la provincia estaba en emergencia. La gobernadora nos pidió que le demos herramientas y nosotros acompañamos. Una de ellas fue la emergencia en materia de seguridad, pero sin dudas con eso solo no alcanza. En materia de seguridad no ha habido grandes avances. Se tienen que poner a gobernar, ya no alcanza con hacer enunciaciones o grandes fotos. Tenemos que salir del nivel de parate en la gestión para empezar a hacerse cargo de los problemas que la provincia tiene.
La agenda legislativa bonaerense viene causando puntos de encuentro entre el FR y sectores del PJ-FpV. El traspaso de las policías locales a los, la Ley PyME y la Ley de Autopartes que juntó a Óscar Romero, Pichetto y Abal Medina con Massa. En la quinta de San Vicente compartiste un homenaje al General Perón con la plana del PJ-FpV y con kirchneristas como Wado de Pedro. ¿Puede haber una convergencia en las elecciones de medio término del año que viene?
Son caminos paralelos, complementarios y no contradictorios. En materia de seguridad, creemos que más allá del color político tenemos que hacernos cargo de las necesidades que la provincia tiene, aunque eso signifique un acercamiento con el PJ, con cuya conducción tuvimos y tenemos muchas diferencias, sobre todo con los últimos años de gestión del pasado gobierno nacional y bonaerense. Probablemente con esos sectores las sigamos teniendo. De todos modos no hay ninguna novedad, muchos de nosotros venimos del peronismo y tenemos muchos amigos. Creo que no hay que generalizar. No tienen nada que ver Leonardo Nardini y Gustavo Menéndez con José López, Julio de Vido y Amado Boudou. Dialogamos con dirigentes políticos con referencias institucionales y vamos a ser absolutamente refractarios a aquellos dirigentes que en lugar de historia política tienen prontuario.
Venimos del peronismo y tenemos muchos amigos. Dialogamos con dirigentes políticos con referencias institucionales y vamos a ser absolutamente refractarios a aquellos dirigentes que en lugar de historia política tienen prontuario
Micaela Ferraro dijo, en un reportaje con este medio, que entre los que tienen unidad de concepción existe una tendencia a encontrarse. El intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, fue en la misma sintonía en una reciente entrevista. Dado que se busca anteponer la agenda de la sociedad a los tiempos de la política, ¿puede ser esto posible?
Es muy probable que terminemos debatiendo y pensando en una agenda estratégica electoral para el año que viene. Sin embargo, enunciar algo de acá a un año es, cuanto menos, una aventura difícil de resolver. Es cierto que hay muchos dirigentes con los cuales somos amigos pero no coincidimos con la utilización del poder el kirchnerismo, que no tuvo parangón en nuestra historia. En 2013, mientras muchos se escondían debajo de la pollera de una o de otro, Sergio decidió de dar por terminada la idea de reelección indefinida de Cristina. Competimos ese año y el año pasado, en el que la gente decidió que el presidente sea Macri. Soy un ferviente creyente de que hubiese sido mejor que Sergio sea el presidente de nuestro país. Para adelante, vamos a trabajar para que en 2017 ganemos las elecciones. Me gustaría que Massa pueda ser nuestro candidato a presidente en el 2019.
Pasemos a la reforma electoral. Recientemente hablaste sobre la necesidad de una modernización del sistema de votación. Pese a esto, calificaste al intento de reforma electoral de “cosmética”. ¿Cómo crees que se debería avanzar en este tema?
El gobierno en este asunto muestra la improvisación que existe en otras áreas de gobierno. Avanzó con una agenda de reformas que apuntaba a la simplificación del cronograma electoral. Planteaba la modificación del órgano regulador de los procesos electorales y sacar la Dirección Nacional Electoral del poder ejecutivo. Buscaba la modalización del voto en nuestro país. En esto se puede coincidir en términos generales. Ahora, cuando uno mira el resultante planteado en el Congreso, la verdad que no se puede más que decir que esta reforma es, cuanto menos, insuficiente.
No ataca los problemas principales de nuestro sistema político. El primero y principal, la crisis y transformación de nuestros partidos. La segunda, no ha habido ninguna reforma en lo relativo a la selección de candidatos. Nuestros partidos se han transformado en meras alianzas coyunturales. Un tercer punto, que para mí es fundamental, cuyo punto de partida es la reforma del 2009, tiene que ver con el financiamiento partidario.
Estamos de acuerdo con eliminar las colectoras y todas aquellas maniobras cuya finalidad sea esquivar la responsabilidad de definir un candidato. Como sugería antes, me parece que esta reforma no es una reforma de fondo. Coincidimos en la necesidad de modernizar el sistema de votación, pero se ha trabajado muy por encima. No están dadas las certezas con respecto a la seguridad informática que brindaría el voto electrónico.
Además, hay una falta de claridad con respecto al tipo de sistema a utilizar. Si existiese en el gobierno la decisión de ir hacia un sistema de boleta única electrónica, quisiéramos ver qué tipo de tecnología, provisiones y naturalmente, los costos. Sin embargo, no creo que eso sea el eje de la reforma.
Vayamos al límite de las reelecciones indefinidas de los intendentes. Este proyecto ya tuvo media sanción en Diputados. ¿Pensás que esta reforma podrá aprobarse en el Senado o va a sufrir demoras, tal como lo intentó el FpV en la Cámara baja asegurando que dicho reclamo “no se encontraba en la agenda de la sociedad”?
Esperamos sacar dictamen rápido en la comisión que me toca presidir. Espero que el resto de las fuerzas políticas nos acompañen tal como se comprometieron. Esta reforma va a tener más impacto que todas las propuestas de reforma qué propuso el gobierno de Macri. Esto va a generar una nueva dinámica de competencia que permitirá una renovación política y un nivel de innovación en la gestión de gobierno qué le dará a la provincia nuevos aires para poder pensar un futuro distinto.
Volvamos a la pregunta sobre cómo hacer oposición, ahora en el territorio bonaerense. A principio de año se hablaba de un cogobierno entre el PRO y el FR. Esa afirmación se sustentaba en el arribo de miembros de tu espacio a la función pública y a la existencia de un acuerdo, yo lo llamaría un consenso, por el cual Sarghini termina presidiendo la Cámara baja. En el transcurso de este año, como indicaste antes, hubo una serie de cuestionamientos de tu espacio. Por ejemplo, recientemente cruzaste a Vidal por las suspensiones en las designaciones en planta transitoria. ¿Qué cambió en el medio?
Lo nuestro no fue, no es, ni será cogobierno. Los bonaerenses eligieron a María Eugenia Vidal para que gobierne y simultáneamente decidieron que haya fragmentación en las cámaras. Esto genera la necesidad de construir sobre el diálogo. Todos queremos vivir después del enorme dolor que nos produjo los últimos años del anterior gobierno, donde era imposible debatir algo. Los funcionarios que incorporamos en la provincia en la auditoría nos corresponden por la composición de nuestros bloques en ambas cámaras.
Encontramos acuerdos en algunas de las decisiones iniciales que tomo la gobernadora que insisto, parecían y parecen más razonables en comparación con las de los últimos años. Pero vemos con mayor preocupación el hecho de que el pedido de todas esas herramientas que nosotros acompañamos no se están poniendo efectivamente de marcha.
Lo nuestro no fue, no es, ni será cogobierno. Los bonaerenses eligieron a María Eugenia Vidal para que gobierne y ella se tiene que poner a gobernar, ya no alcanza con hacer enunciaciones o grandes fotos
Joaquín de la Torre formalizó su incorporación a lo que podría llamarse vidalismo. Desde el entorno del ex intendente de San Miguel aseguran que la salida del ex alcalde del FR se debió a diferencias con la conducción del espacio. ¿Qué pensás al respecto?
No lo tengo claro. No le veo una explicación razonable. El que tiene que explicar, si antes creía que los últimos años del kirchnerismo fueron malos, por qué razón cree ahora que el tarifazo, el recalentamiento de la inflación, la baja de la actividad económica no están mal. Independientemente de la de la relación personal que tengo con Joaquín de la Torre, quien me parece una buena persona y un buen dirigente político, me llama la atención el hecho de que apenas unos meses después de haber asumido su tercer mandato tome la decisión de irse. No sé qué opinarán los vecinos de San Miguel.
Volvamos a la actualidad del peronismo. ¿Puede volver Massa al PJ?
No nos fuimos del peronismo. Creemos que el anterior gobierno dejó de tener una gestión peronista, en términos de saldar deudas con la sociedad. Hubo apropiadores del sello del PJ, que lo utilizaron para la continuidad de un gobierno. Con el correr del tiempo, se demostró que teníamos razón.
Antes hiciste mención a Nardini y a Menéndez. Ellos forman parte de un espacio que se podría definir “intendentista”. Sin ir más lejos, el jefe comunal de Merlo compartió con el FR un homenaje a Perón. ¿Cómo es la relación con este grupo de intendentes?
Con algunos tenemos una buena relación y con otros no tanto. Lo que le planteamos a toda la dirigencia política, no solamente del peronismo sino también a dirigentes como Margarita Stolbizer y otros espacios vecinales y radicales, es nuestra pretensión para la Argentina. La de no discutir los mismos temas cada vez que se termina un ciclo político. Queremos que la nuestro país deje de pensar en los mismos problemas y que podamos de una vez por todas empezar a soñar con un futuro mejor.
Joaquín de la Torre tiene que explicar, si antes creía que los últimos años del kirchnerismo fueron malos, por qué razón cree ahora que el tarifazo, el recalentamiento de la inflación, la baja de la actividad económica no están mal
¿Cómo quedó la relación con el cristinismo? Hay versiones de un encuentro en el Congreso de Sergio Massa con Máximo Kirchner.
No tengo ninguna versión de ninguna reunión de nuestro conductor con algún dirigente del kirchnerismo. En todo caso, hay una relación institucional de debate para la construcción de consensos.
Antes mencionaste a Stolbizer, con quien Massa se ha mostrado en más de una ocasión. ¿El Frente Renovador no busca recrear una suerte de transversalidad para representar la tan mentada “ancha avenida del medio”?
La transversalidad es una palabra que ha quedado muy ligada a una etapa del kirchnerismo no muy feliz. El peronismo siempre fue frentista, construyó con otros actores, eso no es novedoso. Intentamos construir una agenda legislativa y de gobierno con todos los sectores que piensan que la Argentina tiene que salir de esta idea de péndulo. Hay que poner un ladrillo arriba del otro y no andar con una aplanadora destruyendo lo bueno que ha hecho cada uno de los gobiernos que pasó por nuestro país.
Pasemos a San Isidro. Lo novedoso es que luego de 20 años, el possismo perdió su mayoría automática en el Concejo Deliberante. Por ejemplo, la rendición de cuentas 2015 tuvo que ser desempatada por el voto doble del presidente del cuerpo, Carlos Castellano. Más cerca en el tiempo, no logró la prórroga del contrato con la empresa que se ocupaba del estacionamiento medido, dado que la oposición, de la que forman parte, no dio quórum. ¿No estamos ante el comienzo del fin del predominio possista?
No me gusta hacer futurología. Lo cierto es que los vecinos de San Isidro decidieron una nueva composición del HCD. Esto revela el agotamiento de un estilo de gestión más asociado a viejas figuras de barones del conurbano que a gestiones modernas. Estamos intentando poner en debate en el Concejo aquellos temas que nos preocupan. Lamento que para el oficialismo sanisidrense la discusión sea blanco o negro.