La gestión del PRO en la Ciudad de Buenos Aires con respecto a la educación presenta desigualdades que afectan a los sectores más desfavorecidos de los habitantes. En este caso alumnos, en su mayoría de preescolar, no pudieron comenzar las clases normalmente a principios de este año debido al sistema que implementa Esteban Bullrich, ministro de Educación de Mauricio Macri, para asignar vacantes
Según los especialistas el principal problema es que se sigue achicando el presupuesto educativo: hace 10 años se invertía el 30 por ciento (del presupuesto general) en educación en la Ciudad y hoy es el 20, lo que representa un 33 por ciento menos de inversión en educación.
Para resumir la cuestión señalan al gobierno porteño que “no sobran chicos, faltan escuelas”. Además agregan: «El macrismo somete a un injusto padecimiento a cientos de familias que merecen una educación de calidad para su hijos. La construcción de escuelas por parte del Gobierno Nacional es una realidad que posibilita el incremento de matrícula en más de un millón de nuevos alumnos, niños que ven concretado su derecho a la educación con más y mejor calidad, mientras en la Ciudad se transita un camino inverso».
Esto obligó a los padres a peregrinar por las escuelas buscando donde inscribirlos. Lo más triste es que los que tuvieron éxito encontraron vacantes en escuelas muy lejanas de sus viviendas, en horarios diferentes, extremos, y separando a los hermanos de una misma familia, con todos los inconvenientes que eso genera para los chicos y para los padres. Padres y madres que deben hacer malabares para poder llegar a sus trabajos y cumplir con sus tareas luego de llevar a los niños a la escuela. Y lo mismo a la hora de buscarlos a la salida. Pero especialmente en las familias de menores ingresos, que en general enfrentan mayores dificultades para escolarizar a los hijos, esto los hizo desistir de la inscripción o si la lograron, luego abandonaron la escuela.