César Albornoz fue ungido en una reunión extraordinaria del Consejo Directivo. Estudiantes y docentes cortaban la avenida Córdoba para reclamar que se investiguen las denuncias contra el anterior decano.
José Luis Giusti renunció a su cargo semanas atrás, al darse a conocer graves denuncias de corrupción, malversación de fondos públicos y violencia de género en su contra. Ayer se decidió su reemplazo, en una jornada rodeada de protestas.
Adrián Lutvak, presidente de la Federación de Estudiantes de Buenos Aires, denunció a la agencia Télam que “La sesión del Consejo Directivo se realizó con una cantidad de efectivos de seguridad que no nos dejaron pasar ni a nosotros ni a nuestro consejero, que recién pudo entrar cuando ya habían elegido nuevo decano”.
Además, aseguró que el nuevo decano “es parte de la Secretaría de Hacienda del polémico Emiliano Yacobitti, también denunciado por enriquecimiento ilícito y malversación de fondos públicos”.
Según Lutvak, los conductores de la gestión universitaria del radicalismo «son los mismos que bancan la candidatura de Martín Lousteau y tienen denuncias que vienen del 2001 porque fueron parte del gobierno de De la Rua». Finalizó asegurando que lo ocurrido hoy “es otro capítulo de la crisis en la que está sumergida la UBA”, de la que también forma parte la renuncia, ocurrida hace un mes, del vicerector Darío Richarte “por sus vínculos con la SIDE y Jaime Stiusso”.
En esa misma dirección se había manifestado Federico Schuster, candidato a rector en 2013 y consejero superior del claustro de profesores. «Hay una situación institucional compleja. Este nuevo shuberoffismo, sin moderación alguna, resulta incluso más dañino entonces para la universidad. Creo que la mejor manera de enfrentar el problema es llamar a todos los sectores, abriendo el juego para generar consensos amplios que comiencen a resolver las dificultades».