por Florencia Carril*
En este mes se cumple un nuevo aniversario de la represión en el Hospital Borda por parte de la policía metropolitana, comandada por el gobierno de la ciudad de Mauricio Macri. Recordamos que ese día 400 efectivos de la guardia de infantería de la policía metropolitana entraron al predio del Hospital por la madrugada, casi clandestinamente, para cubrir la demolición del taller protegido Nº 19 que allí funcionaba; violando así el amparo judicial que impedía el desmantelamiento de dichas instalaciones.
El taller Nº 19 funcionaba como espacio de rehabilitación para los pacientes a partir de la capacitación en oficios. Además, era el único de los talleres protegidos que se encontraba dentro del Hospital, con lo cual los pacientes sin posibilidad de salidas podían participar del mismo. Para peor, la justificación del derrumbe del taller protegido fue el futuro emplazamiento de un centro cívico; retomando un discurso que nos hace recordar una oscura parte de la historia argentina, una historia en la que la «civilización» avanzaba a sangre y fuego. Sin embargo, los tan vociferados beneficios de la «modernidad» no llegan, la promesa no se cumple y la exclusión social continúa siendo la variable de ajusto en la gestión macrista.
La represión a trabajadores, periodistas, legisladores y pacientes que intentaron impedir la demolición del taller protegido, concitó no sólo una fuerte repercusión mediática sino también masivas movilizaciones, interpelaciones en la Legislatura y pedidos de renuncia a Montenegro y Chaín. Ante esta situación, la gestión macrista buscó mostrar otra cara renunciando temporalmente al emplazamiento del Centro Cívico en los terrenos del Borda, sin embargo el taller quedó derrumbado y la zona contaminada por el asbesto presente en los materiales de construcción; también, se realizaron reformar superficiales en el complejo de hospitales, pintando las fachas y arreglando la entrada.
La situación en el Borda es sólo una muestra más del deterioro constante de la salud pública. En este hospital, los trabajadores denuncian desde hace años una grave falta de personal y de insumos. A esto se le suma, el anuncio realizado esta última semana del despido masivo de trabajadores del área de salud mental. Las consecuencias del vaciamiento del sistema de salud, saltan a la vista y nos golpean, en la Ciudad de Buenos Aires aumenta la mortalidad infantil, mientras que a nivel nacional disminuye. De este modo, el crimen del PRO se extiende hasta la gestión, siendo cómplices y promotores de la degradación de la calidad de vida del pueblo.
Hoy en este nuevo aniversario de la represión, se cumple un aniversario más de la impunidad. En febrero de este año, la Cámara IV en lo criminal sobreseyó a Mauricio Macri, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, entre otros funcionarios del gobierno de la ciudad. Sin embargo, esta misma Cámara es la que mantiene firme el procesamiento de los trabajadores del Borda que se resistieron al atropello macrista alegando «atentado y resistencia a la autoridad». La arbitrariedad del poder judicial, bien llamado «partido judicial», se expresa con toda brutalidad.
Este mes aniversario tiene la particular de coincidir con la realización de las primeras elecciones primarias en la Ciudad, cobrando especial importancia la necesidad de reflexionar sobre cuál es el tipo de Ciudad en la que queremos vivir. Otra Ciudad es posible, una ciudad más democrática e inclusiva en la que acceder a la salud, la vivienda, la educación, sean derechos para todos y todas, y no privilegios para unos pocos. Podemos vivir mejor.