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Los fondos buitre no reparan en cuestiones éticas para incrementar al máximo su margen de ganancia. Para ello judicializaron al país con títulos comprados en default por aproximadamente U$S80 millones y exigiendo U$S1.300. Sin embargo su jugada tiene otras aristas.
Hace tiempo compraron CDS (siglas en inglés que refieren a derivados financieros que funcionan como seguros de default entre privados). Funciona de tal manera que el que compra el seguro paga una prima, y si sucede la situación imprevista (en este caso default), se gatilla el pago en recomposición.
El caso argentino tiene sus particularidades, no existe tal default porque el Estado pagó pero los fondos fueron bloqueados por el juez buitre Griesa. Entonces es una situación artificialmente inducida. Sin embargo, la entidad que decide si se gatillan estos seguros (ISDA), también es constituida por los fondos buitre.
Nos encontramos entonces que la famosa frase “estar de ambos lados del mostrador” o como ejemplificara Jauretche “ir al almacén con el manual del comprador, escrito por el almacenero”. El fondo NML judicializa a la Argentina, maneja al juez, su sentencia, decide si repone o no el stay, tiene seguros de default, pero en el colmo de los colmos y también decide si estos se gatillan.
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