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Sabido es el arraigo que tiene el sindicalista-empresario Luis Barrionuevo en San Martín. Tal es así que sigue persistiendo una estructura propia en el distrito (aunque residual), la cual existe desde que su mujer Graciela Camaño fue precandidata a intendenta en 1995. De más esta mencionar el prontuario político y cuasi delictivo del gastronómico: desde que en 1975 ocupó a mano armada el sindicato de gastronómicos, fue procesado luego por irregularidades y sobornos en el PAMI, pasando por la presidencia del club Chacarita Juniors en momentos en que dicho club sufrió hechos violentos y mafiosos. Puede recordarse además cuando en 2003 envió a quemar urnas en las elecciones por la gobernación de Catamarca, al conocer que los resultados no le eran favorables. Hoy día este empresario es una suerte de agorero del conflicto social autocumplido con paros con escasa adhesión.
Este mismo personaje es el que en estos días afirmó: “a Massa lo criamos nosotros en San Martin. Sergio es un chico que lo criamos nosotros, se crió en San Martín; lo afilio Graciela al peronismo. Era de la UCeDé. Es un chico impetuoso”. Esto no hace más que confirmar las filiaciones históricas del hoy diputado con el ex-menemista recordado por afirmar en un programa televisivo que los políticos deberían dejar de robar por dos años.
Muestra además a las claras la poca voluntad de Massa de brindar renovación alguna a la política nacional. Así, el Frente Renovador se convierte en términos lingüísticos en un eufemismo en la medida en que recicla y reconvierte a sectores, como Camaño y Barrionuevo, que representan lo más rancio y retardatario de la clase política argentina.
Muestra a las claras cómo el hombre que algunos consideran estrechamente ligado a la embajada norteamericana busca ampliar su marco de alianzas políticas con sectores enfrentados entre sí. Sus mentores Barrionuevo y Camaño conviven con Moyano, Felipe Solá, Darío Giustozzi, Gustavo Posse, el pattismo encarnado en Sandro Guzmán, el ex lilito Adrián Pérez, Jesús Cariglino, y el salteño Juan Carlos Romero.
Como contrapartida, puede verse cómo en términos económicos el modelo massista es de lo mas excluyente. Un fin de semana de paseo por Tigre basta como muestra.
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