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Eduardo Buzzi, dirigente de la Federación Agraria Argentina, fue objeto de críticas tanto por su estrategia en cuanto a la comercialización de soja como por su accionar en el marco de las elecciones de la entidad que preside. Su protagonismo durante el conflicto por la resolución 125 llamativamente derivó en una disolución de su caudal y representación política.
Luego de la presentación de referentes de la lista Unidad Federada (opositora a Buzzi) ante la exclusión arbitraria de filiales aliadas políticamente a su lista y ante la incorporación de filiales aliadas al buzzismo, , en términos irregulares, la Inspección General de Personas Jurídicas resolvió la suspensión del congreso donde se definirían las nuevas autoridades de la FAA.
En este marco, el senador nacional del PRO por Entre Ríos y ex dirigente de la Federación Agraria Argentina, Alfredo De Angeli, se sumó a la catarata de críticas hacia el titular de la entidad. En declaraciones a la prensa, De Angeli señaló, ‘La verdad es que Buzzi no estuvo a la altura de las circunstancias, él tendría que haber garantizado un Congreso transparente y democrático y la verdad es que no lo garantizó’. Además agregó que ‘si el Ministerio Fiscal tuvo que intervenir la Federación Agraria es porque encontró pruebas, detectó anomalías en los padrones. Hubo entidades que vienen pagando la cuota, que están trabajando y no podían votar y otras inventadas que estaban en el padrón para votar’.
De esta forma se suman condimentos a los cortocircuitos entre el Frente Renovador y el PRO: recordemos la alianza que Buzzi mantiene con Sergio Massa.
A esta situación anómala en la regularización de las autoridades de la entidad agropecuaria, se suman las declaraciones en modo de autocrítica de Buzzi sobre sus equivocadas perspectivas respecto al momento para liquidar la soja especulando sobre el aumento de precios de la misma, cuando en definitiva ocurrió lo contrario. Su visión reduccionista de la realidad le hizo perder millones de pesos a los productores argentinos.
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