Crisis en la Universidad Arturo Jauretche, hablan de una posible clausura

La situación de la Universidad Nacional Arturo Jauretche que abrió sus puertas en 2009 en el distrito de Florencio Varela, es crítica. Las autoridades advirtieron que solo cuentan con los recursos para funcionar hasta octubre y si no hay una respuesta del Ministerio de Educación nacional y si no se refuerza el presupuesto, la universidad tendrá que cerrar sus puertas.

Según detallaron desde la Universidad, el presupuesto solicitado para este año a fin de alcanzar a cubrir los sueldos de los docentes y no docentes, más los gastos operativos mensuales fue de 557 millones, pero el Gobierno nacional decidió designar 487 millones, es decir 73 millones menos que lo requerido. El monto asignado por el Ministerio de Educación de la Nación apenas alcanza para pagar los salarios de los trabajadores de este año. Durante el 2018 no se le pagó a los docentes y administrativos del plan Fines de la UNAJ.

A esta situación se suma que a 140 docentes se les debe la totalidad del salario del segundo semestre del 2017, mientras que a 250 trabajadores no les pagaron el dictado del Curso de Preparación Universitaria de este año. A todo esto, la totalidad de la planta es monotributista y está congelada por lo cual no dan abasto para atender a la cantidad de alumnos que concurren a la Jauretche. En promedio, la cantidad de profesores es un 60% menos que en las demás universidades nacional.

“La situación es complicada desde diciembre del 2015 cuando asumió el nuevo Gobierno. A lo largo de los tres años sufrimos un plan de ajuste, vimos cómo se fue retaceando el presupuesto para la universidad y vimos cómo dejaron de llegar las partidas”, advirtió el presidente del centro de estudiantes, Iván Massuci, a este medio y remarcó la necesidad de “construir laboratorios y nuevas aulas” para que los estudiantes se desarrollen en sus carreras.

La falta de recursos no solo afecta al sueldo docente y al mantenimiento de la Universidad, sino que para suplir los gastos, la casa de altos estudios tomó la decisión de recortar en seguridad y limpieza, lo cual, provocó que durante este año sufrieran tres robos. Además, se registró un retraso en el envío de fondo de los proyectos de extensión y vinculación tecnológica que fueron aprobados en el 2017.

Desde que la UNAJ abrió sus puertas, la cantidad de inscriptos superó las expectativas de las autoridades académicas y hoy albergan a más de 20 mil estudiantes, entre ellos adultos que por diferentes motivos no pudieron concurrir en su juventud. Es la 5ta universidad en el tercer cordón del Conurbano que se encuentra a menos de una hora de viaje para los que viven en Florencia Varela o alrededores.

A pesar de que la matrícula aumentó considerablemente, “no se ha reforzado las partidas de acuerdo al crecimiento, no se designaron docentes porque la planta está congelada”, indicó el secretario general de ADEI UNAJ, Esteban Secondi, y sostuvo que “la respuesta tiene que venir de Nación porque ellos tienen que reforzar la partida, pero no hay una respuesta de mejoramiento”.

“Por el ajuste perdimos un edificio entero”, sentenció el docente y detalló la crítica situación de infraestructura que atraviesa la casa de altos estudios: “Damos clases a la intemperie porque los vidrios se rompen y no se arreglan, se inundan las aulas, no se limpia el edificio y no se garantiza la calidad mínima para poder desarrollar su enseñanza”.

Además, el delegado docente remarcó que la matrícula estudiantil “creció enormemente” tanto en las carrera de salud como de ingeniería, por lo cual, “se necesita un nuevo edificio pero se recortaron las obras públicas” para la Universidad. “Nos correspondía un edificio para el instituto que más estudiantes tiene, pero como el Gobierno recortó 3 mil millones de pesos en obras, eso nunca pasó”, detalló.

“La intención es clara, es cerrar la universidad”, aseguró Secondi y contó cómo los alumnos son los que arreglan las ventanas que se rompen. También, advirtió sobre la merma de estudiantes que concurren a la Jauretche, ya que, el contexto socioeconómico no acompaña la decisión de miles de chicos y de adultos de formarse en la universidad.

Asimismo, puntualizó que, cuando comenzó el primer cuatrimestre de este año, “la Provincia no les depositó a los alumnos el boleto estudiantil, lo cual generó que muchos dejaran de ir o que decidieran ir caminando, entonces, en el turno mañana había chicos que se desmayaban en las aulas porque capaz venían caminando y no desayunaban”.

“Muchos estudiantes se anotaron para recibir el boleto universitario, muchos están anotados en la beca Progresar, a pesar de los ajustes que recibe ese beneficio. Es una población vulnerable, muchos son hijos de trabajadores y la primera generación de su familia de estudiar en una universidad”, remarcó el presidente del centro de estudiantes.

En ese sentido, Secondi estimó que este año hubo un abandono de casi el 30% de los estudiantes y subrayó que “en la Jauretche se intenta cubrir una demanda mucho más básica”.

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