La estrategia del PRO es hacer la plancha y recostarse sobre la gobernadora electa María Eugenia Vidal. Desde el macrismo se sienten confiados y aseguran que por ahora no necesitan salir a hacer campaña porque ya se creen ganadores.
Sin tener pleno conocimiento de los números, en Cambiemos jugaron fuerte en la previa de las generales, con el objetivo de entrar a la segunda vuelta. Una vez logrado esto, por supuesto, con mucha más holgura de la esperada, patearon la pelota para el otro lado.
Mientras tanto, Macri descansa, toma aire, juega al golf, disfruta de su hija. Los Macri están alojados en la estancia familiar La Carlota (Tandil), donde se casaron en noviembre de 2010.
Pero este domingo por la tarde la situación cambiará. Macri tiene en sus planes asistir a la Bombonera para ver bien de cerca y en persona la consagración del equipo de Arruabarrena, que vale destacar, primero tiene que ganarle a Tigre, el equipo de Sergio Massa.
De todos modos, el fútbol sigue siendo parte de las vacaciones. El lunes sí se arranca a full. Macri tiene agendados viajes a Córdoba, Mendoza, Tucumán, Salta, Jujuy, Santa Fe y Entre Ríos. Y Vidal, por su parte, andará por las ciudades grandes del territorio bonaerense, sobre todo las ganadas por Cambiemos: Mar del Plata, Bahía Blanca y la capital provincial.
Como era de esperar, el descanso de Macri molesta. Y cuando algo molesta, se lo critica. El ministro de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, Oscar Cuartango, afirmó que “es un momento decisivo para el país y Macri está de vacaciones”, en referencia al viaje del líder de Cambiemos, primero a la Patagonia y después a Tandil, en plena campaña electoral.
“Scioli ganó las elecciones y no conforme con la diferencia, al día siguiente juntó a su equipo y delineó los pasos a seguir en la campaña. Macri, en cambio, confiado a pesar del resultado adverso, decidió tomarse vacaciones. Eso dice mucho y la gente lo ve, muestra una falta de compromiso y constancia en un momento tan trascendental”, amplió el funcionario sciolista.
Quedan apenas 21 días para la segunda vuelta. Macri, a pesar de la derrota por dos puntos, se siente ganador y aprovecha para descansar, situación que también es utilizada de manera estratégica.