Efecto #21F: ¿Y ahora qué sindicalista se anima a firmar un paritaria a la baja?

En el entorno de Mauricio Macri trabajaron en los últimos días en una zona de confort a partir del conflicto con Hugo Moyano, dirigente político con una de las peores imágenes públicas. Detrás de la polémica con el histórico dirigente de la CGT, el gobierno intentó poner en segundo plano un cúmulo de conflictos que erosionan su credibilidad golpeada y en baja desde la reforma previsional.

Naturalmente, para la Casa Rosada es mejor polemizar con Moyano que afrontar las derivaciones de los recurrentes escándalos que sacuden a su equipo de gobierno en un contexto en el que la inflación no cede y el poder adquisitivo se escurre en una escalada de precios que deja al descubierto los desaciertos económicos.

Sin embargo, el #21F liderado por Moyano volcó a la calle casi medio millón de personas que, al igual que en las movilizaciones contra la reforma previsional, pusieron nuevamente en discusión las consecuencias sociales de la política económica a la vez que interpeló una vez más a una CGT atomizada que deberá lidiar entre las presiones del gobierno por acordar una paritaria a la baja y la crisis de representación de sus afiliados.

En este último punto, el factor Moyano será un verdadero dolor de cabeza para el gobierno nacional. Desde el MTA en adelante, el camionero ha sabido capitalizar el conflicto haciendo de la «resistencia» el valuarte de su capital político. En este punto, con Moyano en el centro de la discusión cabe preguntarse quién será el dirigente sindical que se anime a firmar una paritaria menor al 15% sin cláusula gatillo.

Por lo pronto, el #21F se constituyó en un verdadero espaldarazo para los maestros y Bancarios que con sus respectivas paritarias maracarán la agenda política y social de las próximas semanas. Esto nos lleva finalmente a preguntarnos si fue Moyano quien entró a la cancha para hacerle el juego al gobierno.

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