
La semana pasada, el kirchnerismo no logró reunir el quórum necesario para tratar la ley antidespidos en la sesión especial que solicitaron distintos bloques en la Cámara baja. Los diputados del interbloque que conduce Sergio Massa no bajaron al recinto y el FpV no logró sumar el quórum necesario para dar inicio al debate.
A partir de esto, todo indicaba que el kirchnerismo sería arrastrado a votar en la sesión de hoy (será tratado en la Cámara baja cerca de la medianoche) el dictamen del Frente Renovador, que además de la suspensión por 180 días de los despidos y la doble indemnización sumó jugosos beneficios para las Pymes, fomento laborar para jóvenes y mayores de 50 años, medidas con un alto costo fiscal.
En ese caso, el proyecto sería girado al Senado, en donde Miguel Ángel Pichetto, jefe del bloque FpV-PJ, dejó en claro que insistirían en ratificar el proyecto que fue votado a fines del mes pasado por ese cuerpo.
Hoy la situación es distinta. Luego de una desorientación inicial, el gobierno se decidió a finiquitar este asunto. Por esa misma razón, decidió que se agilice la sanción de la ley. De esta forma evita que vuelva al Senado, adelantando además el futuro veto presidencial.
Ocurre que en el cálculo de costos y ganancias, el gobierno escogió que se apruebe el proyecto presentado por el kirchnerismo antes que el dictamen del Frente Renovador. Especulan con que es menor el costo político de vetar una ley identificada con el kirchnerismo.
«Ahora están juntos. Los que se oponían a la ley ahora se quieren abstener», dijo Graciela Camaño tras conocerse esta intención del oficialismo. La reunión de labor parlamentaria fue escenario de la bronca del diputado tigrense, impotente al ver como su triunfo de la semana pasada se le escurría en esta.
Por lo pronto, todo indica que los diputados de Cambiemos, claves para lograr el quórum necesario para el tratamiento de los dictamenes, se abstendran de votar el del FpV, que por ser el de mayor cantidad de firmas será el primero en poner en consideración.
