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Hace pocos días se conocieron las declaraciones del senador nacional por la UCR Ernesto Sanz. “El 70 por ciento de la sociedad reclama a gritos un cambio. Ese porcentaje no puede sufrir la fragmentación que sufrió en 2011. Ninguna fuerza opositora hoy está en condiciones de ganar, y de gobernar seguro que no está en condiciones de hacerlo sola” fueron las palabras del mendocino.
De esta manera, el precandidato presidencial del FAUNEN había anticipado que trabajará para alcanzar una gran confluencia de todo el arco opositor para derrotar así al kirchnerismo en las próximas elecciones presidenciales.
Confluencia que tendrá una especie de prueba piloto en la provincia de Neuquén, donde Mauricio Macri cerró en Villa La Angostura con el radical Horacio “Pechi” Quiroga su alianza política, mediante la candidatura a la gobernación de este último, lo cual le permite encolumnar a toda la oposición detrás del actual intendente de la capital neuquina.
Así, Quiroga intenta poner fin a una hegemonía de 50 años del Movimiento Popular Neuquino (MPN). El antiguo cobista busca “armar una lista para ganar y gobernar”, lo que implicará “un gesto explícito de unidad en todas las fuerzas políticas”, con una boleta en la que “habrá espacio para todas las fuerzas opositoras”.
Con lo cual puede verse como Quiroga, además de conseguir el apoyo de Macri y de contar con su propio sector del radicalismo, logró los apoyos del Frente Renovador de Sergio Massa y del ala del radicalismo liderada por el Sanz que exige aquella gran confluencia de todo el arco opositor.
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