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Unas 4.500 personas han llenado el Palacio de Exposiciones y Congresos para seguir el mitin del fundador del partido, que ha llamado a participar en la marcha a Madrid del 31 de enero.
«Hace un año nacimos para hacer lo que algunos decían que era una locura. (…) Hemos demostrado que se puede acabar con la resignación. (…) 2015 será el año para demostrar que otro gobierno es posible en este país«, ha clamado el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, durante el multitudinario mitin que ha protagonizado este sábado en Sevilla y que ha dejado un sabor de euforia tipo PSOE años 80 con Carlos Cano, Himno de Andalucía y reivindicación del Sur incluidos. El auditorio del Palacio de Exposiciones y Congresos de la capital hispalense, con 3.700 butacas que se agotaron a las horas de empezar la distribución gratuita de las entradas, se ha quedado pequeño para acoger a todos los que querían entrar, de manera que se han llenado escaleras con gente de pie y se ha habilitado un patio aledaño para seguir el evento por pantallas. Podemos había preferido no contratar dos salas -cosa que sí hizo hace un año Susana Díaz cuando logró convocar a unas 8.000 personas- porque ha preferido gente de pie o fuera a que hubiera huecos. Y no los ha habido.
Las personas que se han quedado en el patio han sido las primeras en ser saludadas por el líder, que ha irrumpido en el auditorio al grito de «presidente, presidente» y sin dejarse abrumar. Pablo Iglesias ha comenzado su intervención con un poema de Antonio Machado para llamar a que Sevilla acuda a la Marcha por el Cambio del 31 de diciembre en Madrid, cuya difusión era la excusa de este encuentro. Ha tirado de tópico al mencionar que «ese duende que tiene Sevilla lo queremos en Madrid». «Sí, sí, sí, nos vamos a Madrid», le ha replicado el público.
El mitin, que ha comenzado con media hora de retraso (estaba previsto a las 12.00 hora España), se ha prolongado por espacio de más de una hora en un ambiente de celebración, donde los ponentes han sido interrumpidos constantemente por aplausos y consignas. Pablo Iglesias ha aprovechado sus primeros minutos para criticar el veto que dice haber sufrido por parte de Canal Sur que, según ha relatado, tenía pactada una entrevista con él, pero «una llamada de Susana Díaz» la paró, «porque no quería al coleta». Según su versión, «los propios trabajadores de Canal Sur» le han hecho saber que se había producido esta llamada para impedir su aparición en la televisión pública de Andalucía, a la que ha recriminado que tenga «el mismo comportamiento que Telemadrid». Frente a estos «ataques» ha instado a los suyos a mantener la ilusión y ha retado a «doña Susana» a «mantener un debate en televisión y en directo» con él. «Canal Sur ha vuelto a dar la campanada», se ha reído, en alusión al fallo que en la retransmisión del pasado 1 de enero sufrió la cadena. Aunque la candena lo ha desmentido tajantemente y ha acusado a Iglesias de faltar a la verdad.
Pablo Iglesias, fiel a su cruzada contra el bipartidismo, ha repartido para el PP y para el PSOE, mientras que IU no ha sido mencionado más que para recordar el viaje al Sáhara que Valderas aún no ha decidido. Para los primeros, ha contraatacado con los datos de un país «donde la gente no atisba recuperación», y para el PSOE, se ha centrado en «su falta de definición». Ha ironizado con que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no sabe «ni manejar el GPS» -en alusión a su pérdida durante el reciente viaje a EEUU- y le ha acusado de no haberse posicionado con las elecciones generales en Grecia o de sus «titubeos y contradicciones» con la comisión de investigación reclamada en el Congreso de los Diputados. «Está ‘lost in the US'», se ha reído parafraseando la canción. «¿Sabéis cuál es mi serie favorita? Juego de tronos. ¿Y la de Pedro Sánchez?, Perdidos?, ha continuado para regocijo de los suyos.
Pero no sólo ha habido mensajes para La Moncloa. El secretario general se ha comprometido con su presencia con el proyecto de Teresa Rodríguez para liderar Podemos en Andalucía. Y precisamente ha sido la eurodiputada la que ha protagonizado el discurso con más garra y energía, dándoles muchas pistas a los líderes de los otros partidos de por dónde va a ir si finalmente gana en las primarias que se convocarían para elegir al candidato a las elecciones autonómicas. No ha dudado en burlarse del hecho de que Susana Díaz presuma de pertenecer a «una casta de fontaneros», profesión de su padre y su abuelo. Para Teresa Rodríguez, lo que ha hecho la líder del PSOE-A es «llegar a la presidencia haciendo fontanería en su partido, sin llave y sin soplete». Y el público le ha replicado: «Tienes que ir a por la fontanera».
Fuente: eldiario.es
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