Por Daniel Ezcurra
Hoy: el gobierno de Mauricio Macri nos endeudó, a nosotros, a nuestr@s hij@s y niet@s en 7 mil millones de dólares. Escandalosa cifra que se suma a los más de 65 mil millones usd de deuda tomada en poco más de un año.
El J.P Morgan, el Citigroup, HSBC, Santander, BBUV, Deutsche son los grupos financieros que colocarán los bonos…
Esta noticia no va a salir en las páginas policiales vinculando a los extranjeros (todos estos bancos lo son) con el delito contra los argentinos. Tampoco los principales canales, diarios y portales la repetirán decenas de veces a lo largo del día para que la cifra y los protagonistas queden fijados en tu memoria y tus preocupaciones.
Pero sí tu inconsciente colectivo «sabe» (porque «lo dice la tele») que estamos a merced de bandas criminales de países limítrofes que entran, por una frontera que es un colador, a delinquir en nuestro país…
Todos «sabemos» ese dato de la realidad. Pero… ¿es un dato de la realidad o es una construcción interesada que fomenta la guerra de pobres contra pobres?.
Veamos que decía al respecto al actual Secretario de Seguridad del gobierno, Eugenio Burzaco, en el 2014: «…del total de personas privadas de su libertad… el 94% de los internos son de nacionalidad Argentina, el 4% de países limítrofes y Perú, y el 1% restante de otros países».
Y contrariamente a lo que propone hoy como parte del gobierno de los grupos concentrados, hace 2 años sostenía: «Ante este escenario muchos políticos reclamaron herramientas legislativas para expulsar a aquellos extranjeros que cometen delitos. Lo cierto es que la ley de migración actual contempla la expulsión de extranjeros que cometen delitos en el país, pero siempre y cuando hayan sido condenados (no solo procesados) por delitos cuya pena máxima sea superior a los tres años. Por tanto se puede concluir que es cierto que hay una mayor prevalencia delictiva en algunas colectividades de extranjeros, pero su impacto es claramente limitado y de ninguna manera configura una situación de la cual el estado haga su máximo prioridad».
Interesante contrastar que el dato aportado por Burzaco es coherente con la cantidad de extranjeros viviendo en el país. Si nos dejamos llevar por el sentido común que forman los medios, estaríamos en presencia de una «inmigración descontrolada» aunque la verdad de las estadísticas diga que solo el 4,5% de residentes en el país son extranjeros. Una cifra significativamente menor que en EE.UU, España, Alemania, Israel…
En síntesis, no existe una ola de inmigración indiscriminada, ni el delito es cometido en su mayoría por extranjeros de países vecinos y podemos arriesgarnos a decir, como lo demuestra la experiencia del país que culminó en el 2001, que son mucho más peligrosas para tu vida y la de tu familia, para tus bienes y tu trabajo, para tus ahorros y tu salud, educación y bienestar, las políticas de endeudamiento exigidas por grupos económicos financieros extranjeros y obedecidas por una dirigencia política con alma de servidumbre colonial.
Un gobierno de ricos para ricos necesita, como parte de su gobernabilidad, que los principales responsables y socios del saqueo del país y de su gente quede oculto tras un velo de sentido común donde sea noticia la supuesta peligrosidad delictiva del compatriota latinoamericano que viene a vivir y trabajar en nuestro país y no la real de los grupos financieros y sus cadetes con rango gubernamental.