Fernando Barrera es director del Ente Único Regulador de los Servicios Públicos de la Ciudad de Buenos Aires. En una entrevista exclusiva, el dirigente de UPCN analizó las próximas elecciones legislativas y dejó en claro que el desafío del peronismo es construir una alternativa al PRO en la ciudad. El rol de Martín Lousteau y las conversaciones con el Frente Renovador fueron temas de una entrevista en la cual el apoderado del Partido Justicialista porteño no evitó la polémica al analizar la relación con La Cámpora.
Hay un reclamo de unidad que sobrevuela al peronismo, ¿cómo analizás esta situación?
La derrota electoral del año pasado nos obligó a realizar una profunda autocrítica. Evidentemente, la necesidad de alcanzar niveles de acuerdo con dirigentes políticos que fueron parte de otras alternativas electorales se volvió una necesidad impostergable, y más aún cuando enfrente tenemos a un gobierno que piensa en los trabajadores como la variable de ajuste y que en menos de un año ha generado miles y miles de despidos junto a una extraordinaria transferencia de recursos de los sectores asalariados a favor del capitalismo financiero. En tan sólo 10 meses ha generado más desigualdad, pobreza y endeudamiento público como ningún otro gobierno en la historia de nuestro país en tan corto tiempo.
Debemos trabajar en la unidad del campo nacional y popular, pero también en la renovación de sus dirigentes. Si pretendemos seguir con las mismas personas que perdieron las elecciones no vamos a hacer otra cosa más que volver a regalarle al PRO una nueva victoria electoral y poner en riesgo el destino de la mayoría del pueblo argentino.
Se terminaron los tiempos de los personalismos que nos llevaron a la debacle electoral del 2015
La unidad alcanzada por la CGT es un ejemplo claro de la etapa política. El movimiento obrero abrió un camino que dentro del peronismo hemos empezado a recorrer, y es así que las señales de diálogo y apertura están a la vista. En el Partido Justicialista, se debe abrir un dialogo profundo con aquellos gobiernos provinciales de origen Peronista como los de Córdoba, San Luis, La Pampa y Chubut para construir conjuntamente con otros gobernadores una mayoría nacional que nos permita ganar la elección del 2017 y conseguir así una mayoría parlamentaria que preserve el interés de los más afectados por este modelo de exclusión macrista. En este sentido, los acercamientos con dirigentes del Frente Renovador como Felipe Solá y Alberto Fernández, o a mi amigo Julio Raffo, por citar solo algunos casos, son una realidad.
¿Cómo imaginás esa Unidad?
Tenemos que trabajar por una unidad que sea capaz de formar una alternativa al gobierno de Cambiemos. Ahora bien, la unidad no es sinónimo de amontonamiento. Se terminaron los tiempos de los personalismos que nos llevaron a la debacle electoral del 2015. Hoy el único liderazgo es el del Partido Justicialista, que tiene que recrearse a partir de un proceso colectivo donde los egos deben quedar atrás ya que el único interés que debe primar es el de volver a enamorar al pueblo argentino. Más que en un liderazgo con nombre propio, debemos buscar una unidad programática que defienda el interés de la mayoría frente a la insensibilidad social del gobierno.
La Cámpora genera más rechazos que adhesiones
¿Cómo analizás esta situación en la Ciudad de Buenos Aires?
La unidad en la ciudad se tiene que dar entre todos los sectores que rechazamos el gobierno del PRO. Tenemos la obligación de construir una alternativa política que proponga una ciudad inclusiva. En este punto, tienen que ser parte de esta construcción todos los sectores políticos, desde el peronismo al progresismo pasando por el Frente Renovador y el radicalismo junto a dirigentes como Jorge Taiana y Gustavo Marangoni por mencionar solo dos. No hay lugar para los vetos ni los egos que solo son funcionales al PRO. No podemos repetir el error del FPV en el último ballotage porteño donde llamó a votar en blanco permitiendo el triunfo de Larreta sobre Lousteau anticipando el triunfo nacional de Mauricio Macri. En particular lo hice público, como muchos otros que en primera vuelta votamos a nuestro candidato pero en el ballotage nos inclinamos por el candidato de ECO. Esa actitud y esa inteligencia debe primar para construir una nueva mayoria
¿La Cámpora sería parte de esta construcción?
Es una pregunta que deberías hacérsela a ellos. Te vuelvo a repetir, para nosotros no hay lugar para los vetos. Sin embargo, sabemos que es una agrupación que genera más rechazos que adhesiones, sino, hubiéramos entrado nosotros al ballotage el año pasado. También creo que hay muchos compañeros que están más preocupados en encontrar diferencias entre peronistas que en pensar cómo construir una oposición al PRO. Estoy convencido que la unidad es necesaria para sumar, pero debemos ser cuidadosos en no repetir los mismos errores que nos llevaron a continuos fracasos en la Ciudad de Buenos Aires.
¿Mantenés diálogos con los dirigentes de La Cámpora?
Obviamente, como lo hago con todos los espacios políticos. Con Juan Cabandié tengo diálogos fluidos por mencionar un dirigente de esa fuerza. Las diferencias respecto a cómo encarar el futuro no quita que hemos tenido puntos de encuentros. A algunos les cuesta creer que la construcción de la nueva mayoría se debe vertebrar en el movimiento obrero y en los movimientos de la economía social y popular, asi como en la representación política de los gobernadores e intendentes opositores al gobierno, como creemos nosotros, y siguen hablando del empoderamiento del pueblo como un desarrollo de conciencia individual, desconociendo el concepto de comunidad organizada legado por Perón; y hasta confunden representatividad con liderazgo y conducción, cuando por ejemplo se refieren a Cristina.
El peronismo puede articular en la Ciudad un frente o un colectivo social y político progresista
¿Martín Lousteau es quien debe representar esa unidad contra al PRO?
Primero debe resolver si quiere ser funcionario de Cambiemos o dirigente opositor de un gobierno que por ejemplo golpeó y fuerte el poder adquisitivo de la clase media porteña, que fue su electorado. Hoy por hoy, forma parte de la alianza gobernante. En el caso de que tome la decisión de liderar un frente amplio opositor, veremos cómo imagina articular ese espacio. Depende de él, por nuestra parte no vamos a sentarnos a esperar ese momento, el peronismo tiene la responsabilidad histórica de representar a los sectores del trabajo, a la clase media asalariada, a los sectores de la economía formal e informal que pretenden desarrollarse social y económicamente.
El peronismo puede articular en la Ciudad un frente o un colectivo social y político progresista que trabaje para ofrecerle a los porteños mayor seguridad, que piense un sistema de transporte publico de calidad y eficiente, que reduzca la carga impositiva sobre la clase media porteña, que ofrezca condiciones para el acceso a una vivienda propia y digna y controle los abusos contra quienes no tienen más remedio que alquilar una propiedad. Una ciudad limpia, inclusiva y sustentable, que luche contra el trabajo en negro y el trabajo infantil que hoy siguen siendo una realidad en la ciudad después de 9 años de Gobierno PRO, que genere más igualdad, repudie la violencia de género y/o laboral y respete la diversidad, que garantice los derechos humanos y a la salud reproductiva como el derecho a un parto respetado, que fomente el empleo productivo y el cooperativismo; que en definitiva, haga de esta ciudad una ciudad vivible.
