Merlo vive una expectativa sin precedentes: una renovación de liderazgo al interior del peronismo provocó un cambio de etapa política en el distrito. Tras 24 años, Raúl Othacehé abandonó el palacio municipal. Gustavo Adolfo Menéndez lo eyectó de su sillón. En su discurso de asunción, el nuevo intendente aseguró: “Declaro oficialmente libres a los merlenses. ¡Nunca más persecusiones!, ¡Nunca más terrorismo municipal!, ¡Nunca más violencia institucional! Pero que nadie se llame a engaño, no seré el intendente de la venganza”.
Puede el lector creer algo descabellada la siguiente referencia. Sin embargo, para el cronista resulta ilustrativa a la hora de comprender las principales diferencias entre la gestión saliente y la entrante. Siguiendo a Jacques Rancière, se entiende a la idea de policía como un orden establecido dentro de un determinado espacio; como modos de hacer, decir y saber que se conforman dentro de una sociedad. Por el contrario, la política es aquel acontecimiento disruptivo, aquel momento en donde el orden se vuelve a formar, pero de manera distinta, agregando nuevos elementos y desechando otros.
Con esto, se puede afirmar que con el triunfo de Menéndez, la política ha vuelto al distrito, desplazando a las peores prácticas que encarnaba Raúl Othacehé. En este marco, el flamante alcalde conversó en exclusiva con Agustín Cesio para ABC en Línea.
«En primer lugar quisiera destacar que lamentablemente no pudimos hacer una transición. Por lo tanto, no teníamos la más mínima idea del estado de las cuentas públicas. Por eso, la primer tarea es hacerse cargo del estado municipal, devastado con una deuda de más de $400 millones» comenzó Menéndez. Al seguir hablando del estado de las cuentas municipales y los compromisos a afrontar, aseguró que «vamos a privilegiar el pago a los empleados municipales y distintos proveedores que tienen sus reclamos».
Como agregado, reafirmó la voluntad de avanzar en materia de transparencia. «Vamos a crear esa oficina anticorrupción que mencionaba ayer (durante la asunción del día miércoles) pero antes estamos con lo atinente a la emergencia ya que encontramos un municipio que está paralizado. ¡Han escondido empleados, han dejado áreas absolutamente desiertas y han llenado otras en demasía!».
Se viene un nuevo gobierno en Merlo. Hablamos de sentarnos a la mesa de la unidad, del diálogo. De abrir las puertas de municipios que fueron feudos, llegó la hora de que quienes se acerquen a la política lo hagan para servir y no para ser servidos
«Han hecho mucho daño enorme (en referencia a la gestión de Othacehé). Hoy llegando a la mañana al municipio veía las calles que estaban sin barrer y sin levantar los residuos. A partir de hoy estuvimos trabajando muchísimo y después de estar compartiendo este momento de alegría de mi compañero Walter Festa vuelvo para el municipio de Merlo ya que mañana vamos a ir con varios de los intendentes a la jura de los ministros de esta nueva gestión provincial y vamos aprovechar para charlar un ratito con la gobernadora acerca de estos problemas acuciantes que tenemos en Merlo».
Cuando fue consultado acerca de los lineamientos de cara al futuro, Menéndez se explayó: «Se viene un nuevo gobierno en Merlo. Hablamos de sentarnos a la mesa de la unidad, del diálogo. De abrir las puertas de municipios que fueron feudos, de abrir las puertas para que el vecino entre; sintiendo que entra a una institución amigable y que del otro lado encuentre que ya no hay un puntero político que suma privilegios por el solo hecho de pertenecer a un gobierno o a una agrupación. Que sean atendidos por militantes que tienen muy incorporado el concepto de servicio público, ya que todos coincidimos en que llegó la hora de que quienes se acerquen a la política lo hagan para servir y no para ser servidos».
Para finalizar, el dirigente de Grande Merlo fue consultado sobre el futuro del peronismo. Si bien la respuesta fue escueta, no por ello dejó de ser precisa: “Hay muchos desafíos para adelante, el primero es enderezar el timón de cada uno de nuestros municipios y luego empezar a enderezar el timón del peronismo”.