Pablo Papini conversó en exclusiva con el intendente de Avellaneda, quien recientemente ha sido designado por Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidente de su nuevo centro de acción política, el Instituto PATRIA.
-Queríamos dialogar un poco sobre el evento de esta tarde, intendente (en dieciocho plazas de once ciudades de la provincia de Buenos Aires en simultáneo se celebró una jornada de protesta en reclamo por la pronta implementación de la ley 14.735 de de boleto estudiantil), ¿qué puede decirnos al respecto?
-La verdad que es un evento buscando unidad para la acción porque hay unidad en la concepción, en algo que es un tema clave porque, aparte, es ley el boleto estudiantil, así que la gobernadora tiene la obligación de reglamentarlo. Porque, aparte, en este avance neoliberal, que va complicando muy fuerte a los más vulnerables, se complica alimentarse, se complica sacar fotocopias, se complica viajar, así que la verdad sería un paliativo para que por lo menos los chicos no dejen la escuela, pero fundamentalmente pega primero en los terciarios y universitarios, después en los secundarios, y, bueno, es algo en lo que no podemos retroceder.
-En este mismo sentido, en la última semana se hizo muy fuerte el reclamo por el desfinanciamiento universitario, incluso desde voces ajenas al Frente para la Victoria: tuvo un episodio feo hace unos pocos días el ex diputado Jorge Yoma por problemas que hay con la Universidad Nacional de Cuyo, y ayer (por el viernes) hubo una jornada de protesta también en la UBA.
-Sí, bueno, pero vienen por eso, vienen por achicar. Y en achicar, la universidad. A algunos les molesta que los chicos humildes vayan a la universidad, les molesta que los hijos de los trabajadores vayan a la universidad, así que así siguen gobernando. Cuando dicen “que al gobierno le vaya bien…”, al gobierno le va muy bien porque gobierna para los poderosos, gobierna para los que les transfiere la riqueza, gobierna para los grupos económicos concentrados, gobierna para el sistema financiero. Y, bueno, la universidad es un gasto, así que… Quedó bien claro que ellos venían a bajar el gasto público. Cuando nosotros hablamos de inversión en educación, ellos hablan de gasto. Ésta es una de las políticas que está clara en los primeros cuatro, cinco meses de gobierno.
-¿Usted tuvo oportunidad de dialogar con la gobernadora sobre este tema, o sobre algún otro? Porque uno de los lemas del gobierno de Cambiemos, tanto nacional como provincial, era el diálogo, la concordia entre los distintos sectores políticos, y usted forma parte de un sector distinto al de los gobiernos nacional y provincial.
-No, no he tenido la suerte de poder hablar con la gobernadora. Hubo una reunión general, apenas asumió, el 5 o 6 de enero. Después, he llamado seis o siete veces por teléfono y nunca me ha atendido. Pero, bueno, tampoco hay mucho de qué hablar, porque no hay políticas que nos incluyan. Con algunos ministros sí tenemos diálogo por las cosas cotidianas, de todos los días. Pero con la gobernadora no hemos tenido la oportunidad.
-¿Hay alguna posibilidad para el municipio de suplantar lo que viene faltando como colaboración desde los gobiernos nacional y provincial?
-No corresponde. Primero corresponde dar la lucha. Cuando en la lucha no den respuestas los que las tiene que dar, ahí veremos, desde la imaginación, desde el ingenio, cómo vamos resolviendo. Pero se la haríamos fácil si nosotros resolviéramos la ineficiencia de los gobiernos nacional y provincial. Hay que ordenarse, antes estábamos los tres niveles de gobierno en la misma sintonía, era otra cosa. Hoy tenemos distintas visiones políticas. Pero no corresponde que nosotros desviemos fondos a cosas que tienen que poner recursos la Nación y la Provincia. Así que, bueno, ésa será la lucha organizada y, a partir de eso, iremos escalando. Y, a partir de esa escalada, veremos qué tipo de resolución tenemos que tomar. Pero lo que está claro es que en el tema de los chicos no vamos a retroceder ni un centímetro.
He llamado seis o siete veces por teléfono a la gobernadora y nunca me ha atendido. Tampoco hay mucho de qué hablar, porque no hay políticas que nos incluyan. No veo políticas provinciales en ningún lugar. No me entero, y ellos tienen una fortaleza mediática muy importante para comunicar lo que van haciendo
-¿Esto se da sólo en Avellaneda, por la diferencia de color político, o se está dando también en municipios que gobierna Cambiemos, como por ejemplo Quilmes, que está acá al lado?
-No lo sé. Yo, la verdad, que no veo políticas provinciales en ningún lugar. No me entero, por lo menos, y ellos tienen una fortaleza mediática muy importante para comunicar lo que van haciendo. Así que, por el momento, sólo anuncios, ninguna realidad. Por eso tampoco me siento discriminado. Porque si dijera “bueno, en tal lugar hacen tal cosa y acá no”. Pero veo que no hay política provincial. Por lo tanto, no me quejo de eso porque tampoco lo veo en otros lados.
-¿Podemos hablar un poco de la reorganización del peronismo, del Partido Justicialista, del FpV? ¿Alguna consideración sobre eso?
-Sí, hoy tenemos un desafío nuevo que es la construcción del Frente Ciudadano, del que formará parte el PJ, parte del FpV. Es un esquema nuevo. Un esquema al cual tenemos que darle rodaje, tenemos que darle lugar. Por ejemplo, acá, seguramente, no todos los chicos sean peronistas, ni todos los chicos integran el FpV. Hay una realidad, una lucha concreta que tiene que ver con el boleto estudiantil, que es transversal a toda la sociedad. Acá se encuentra fuerte el Frente Ciudadano, como se encontrará en los reclamos docentes, los industriales, los comerciantes, con los clubes de barrio, con una cantidad de actores que van perdiendo derechos a partir de esta bestialidad que viene haciendo el gobierno nacional. Por ejemplo, los clubes de barrio a las seis de la tarde no pueden prender la luz porque aumentó 600% la energía eléctrica, entonces ahí está el Frente Ciudadano. Los chicos que van a primer año de secundario preguntan si van a recibir la computadora. Entonces, ahí no hay ni peronismo ni FpV: hay una realidad de chicos que van a retroceder en un derecho que teníamos. Vamos a los centros de jubilados: los abuelos que cumplan 65, en septiembre no se van a poder jubilar más. Entonces, en cada uno de los lugares, en cada una de las organizaciones sociales, en esto de la comunidad organizada, está el Frente Ciudadano. Así que, bueno, el esfuerzo lo tenemos que poner en ordenar todo eso.
-Lo escucho hablar de comunidad organizada y es ineludible hacer alguna referencia al acto masivo de las cinco centrales sindicales…
-Fueron cuatro. Fue una buena noticia que hayan sido cuatro.
-Finalmente fueron cuatro.
-Primero, fue un producto de la necesidad de las bases. Quedó claro que si las bases no se ponen al frente te pasan por arriba. Ayer (por anteayer) quedó bien expresado que el contenido de la marcha tenía que ver con un freno al gobierno de Macri. Tenía que ver con un no a los despidos, tenía que ver con un no al ajuste. Más allá de que después en el escenario pasaran algunas otras cosas, lo importante era lo que pasaba abajo del escenario.
Lo de antes de ayer también fue Frente Ciudadano. Dejamos un nivel de actividad económica muy alto. Van cambiando las expectativas de crecimiento. Algunos sectores, fundamentalmente la Iglesia, empiezan a vislumbrar un escenario de armado de comedores. Es prematuro, todavía
-Y, en este sentido, la presencia, no sé si más destacada, pero sí más significativa de ayer, por el peso específico de la figura, es la de Hugo Moyano, que en el segundo mandato de la presidenta Cristina Fernández tuvo un distanciamiento. Pero también está el mensaje de la ex presidenta, en su reaparición en Comodoro Py, llamando a convocar a los dirigentes sindicales a integrar el Frente Ciudadano. ¿Hay alguna posibilidad de diálogo con estos sectores?
-Va a haber. Porque lo de ayer (por antes de ayer) también fue Frente Ciudadano. Una cantidad de sindicatos con distintos alineamientos respecto de su organización central, que se encontraron en una demanda concreta. Nos va a ir encontrando esto. Lo dijo bien Cristina: preguntémonos cómo nos iba hasta el 10 de diciembre, y a los que nos va peor tenemos que estar en un mismo espacio. Para poner un freno, en la primer parte; y, después, para recuperar en la segunda. Así que ése es el proceso. Se irá dando. Se irá dando con sus mecanismos, con sus características. En algunos territorios será más fácil, en otros será más difícil, pero me parece que lo de ayer fue algo importante, contundente. Y, como ya te digo, me parece que lo más valioso es lo que pasa abajo. Los que están arriba van a tener que hacer lo que pidan los que están abajo.
-La última: lo escucho hablar mucho de los reclamos que nacen de abajo. ¿Es tan grave la situación a sólo cinco meses de gobierno? En una columna publicada recientemente en nuestro medio se hacía referencia a si era muy temprano, o no, para La Hora de Los Pueblos, recordando aquel viejo hito del peronismo. ¿Es así la situación? ¿Se siente así el clima social?
-Lo que pasa es que nosotros dejamos un nivel de actividad económica muy alto. Lo que va pasando es que un trabajador que podía ir un domingo a cenar a un restaurante, no lo puede hacer más. O sea, le cambia algo, pero no en lo esencial todavía. Una familia que podía ir a un cine, a un teatro el fin de semana ya no lo puede hacer. Entonces van cambiando las expectativas de crecimiento. En los sectores más vulnerables sí se empieza a ver que gente que antes no venía a buscar mercadería, comida a la municipalidad, empieza a venir. Algunos sectores, fundamentalmente la Iglesia, empiezan a vislumbrar un escenario de armado de comedores. Es prematuro, todavía.
-Escuchamos al ex intendente Fernando Espinoza hacer referencia a esto. A gente que llega a pedirle leche al municipio.
-Y, sí. Empieza a pasar eso. Entonces, cuando eso empieza a pasar, hay que buscar un alerta, que tiene que ser frenar. Frenar porque después sabemos cuál es el camino, y el camino final termina siendo muy complicado.