El brutal incremento en el precio de las tarifas de servicios impacta con dureza en el bolsillo de ciudadanos y de empresas, especialmente las pequeñas y medianas, que se las ven en figuritas para mantener las puertas abiertas.
Sin embargo, la crisis no es un mal negocio para algunas compañías, que contaron -y cuentan- con el visto bueno del Gobierno para seguir inflando las boletas de manera periódica y sistemática.
Un caso paradigmático lo constituye Edesur, la empresa eléctrica que brinda servicio en la Ciudad de Buenos Aires y doce distritos de la provincia de Buenos Aires: Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Cañuelas, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, Lanús, Lomas de Zamora, Presidente Perón, Quilmes y San Vicente.
La distribuidora informó, a través de una comunicación a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, que aumentaron en un 91% sus ingresos en los primeros nueve meses del año, incrementando también sus inversiones.
Edesur transparentó que casi duplicó sus ingresos a septiembre de 2018 por la «aplicación de los nuevos cuadros tarifarios», dispuestos a partir de febrero, con una cifra embolsada de 27.250 millones de pesos.
En la nota, la compañía recordó que, a partir del último mes de agosto, se acordó la aplicación de la mitad del incremento correspondiente al Valor Agregado de Distribución (VAD), una suba del 7,92 por ciento, mientras que el resto se recuperará en seis cuotas a partir de febrero de 2019.