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En una entrevista que el intendente eterno de San Isidro, Gustavo Posse mantuvo con FM Nacional Rock, pudo oírse cómo este aseguraba que hay “un problema muy serio, es algo ya inocultable, pero no es tanto un problema para mí sino para quien lidera este proyecto que es Sergio Massa. Hay una adversidad que debe ser resuelta, porque en tal lugar, en tal distrito, se tiene que producir un consenso y definir a quién buscamos para realizar ese consenso”.
Especificando un poco más, el hijo de Melchor Posse aseveró que Massa «tiene la dificultad a vencer con gente que es familiar de su esposa, es un tema que por eso mismo manejo con mucha prudencia”. Como si se tratase de alguien que tira una piedra para luego esconder la mano, con un tono mesurado, continuó afirmando que “hablando de política grande, es una dificultad en particular a resolver porque se trata de la familia política de quien queremos que sea presidente”.
No requirió Posse dar nombres propios para ser certero con sus dardos. Marcela Durrieu, suegra de Massa y concejala por el Frente Renovador sanisidrense, y Sebastián Galmarini, cuñado del diputado y senador provincial por la primera sección electoral, ambos históricamente opositores al possismo, dirigidos casi desde las sombras por Fernando “el Pato” Galmarini, histórico operador menemista y Secretario de Deporte durante la gestión neoliberal del riojano.
Con estas declaraciones, vemos cómo se ahonda un poco más la interna (que tiene varias aristas) dentro del Frente Renovador de Sergio Massa. Con estas declaraciones, Posse da un paso más en su estrategia de situarse como candidato a gobernador, no dinamitando los puentes con Mauricio Macri, pero a la vez avanzando sobre otros contendientes dentro del espacio massista. En esta ocasión utilizo munición de grueso calibre al apuntar al massismo puro.
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