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Ayer el FAUNEN hizo un no tan digno intento por mostrar su “unidad” dentro del frente electoral. En verdad, lo que mas hizo fue visibilizar su falta de cohesión y, más aún, su abandono de una mínima coherencia política, para no hablar de ideológica.
Mientras Fernando “pino” Solanas brindaba su discurso, Elisa Carrió, luego de cruzarse miradas con Martin Lousteau , se levantó de su silla y lisa y llanamente se fue del lugar.
¿Qué fue lo que provocó esta reacción? ¿Acaso Solanas le arrebató el micrófono y la «primereó» en el discurso? Nada de eso.
Cuando el director de cine de antaño pronunciaba la frase «no hay espacio para los ajenos y para la derecha moderna», parece ser que fue el momento elegido por la diputada nacional, para levantarse e irse.
Es que en FAUNEN no le hacen asco a nada. No se descarta una alianza con la fuerza de derecha más nítida, como es el PRO, y estas declaraciones del cineasta vendrían a empañar tal estrategia electoral. Escudada en “la defensa de la República”, Carrió se sintió en out side cuando Solanas estableció límites al expansionismo del FAUNEN, arguyendo que no hay límites para defender la “República” en manos de la “tiranía K”.
Otros representantes del frente electoral ya salieron a respaldar el posicionamiento político de Carrio: Cobos y el joven Lousteau. Es que al parecer, para la derecha argentina – expresada en todas sus variantes electorales – solo es válido correr los límites de lo posible siempre y cuando se acerquen a posicionamientos cercanos a lo antipopular, aunque no les sirva confesarlo.
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