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Las negociaciones entre el Gobierno Nacional y los fondos buitre para ejecutar el fallo del Juez Griesa, hasta anoche no arribaron a un acuerdo. El Gobierno Nacional defendió la reestructuración de 2005/10 y ofreció a los buitres, como al resto de los holdouts, pagarles exactamente lo mismo que a quienes ingresaron al canje, ni un dólar más. Haberlo hecho podría causar cataratas de juicios que pongan bajo amenaza la sustentabilidad de la deuda externa.
Hace un mes, Argentina pagó su deuda regularmente. Abonó la totalidad de los intereses correspondientes al título Discount, pero estos fondos fueron bloqueados en el banco fiduciario que debía repartir estos recursos entre los bonistas. Al superar los 30 días desde el vencimiento, en los que pese a que Argentina pagó, los bonistas no recibieron su efectivo, algunas calificadoras de riesgo se apresuraron a condenar al país a un “default selectivo”. ¿Por qué esta denominación? Técnicamente se define de esta manera cuando un país no cumple con sus obligaciones, pero no con toda su deuda, sino solo con un título puntual. Como sólo los bonistas tenedores de Discount no cobraron, las calificadoras proceden con su protocolo.
Sin embargo, como hemos descripto anteriormente, la actual situación dista enormemente de la definición de manual o técnica. Argentina pagó, no solo este título, también en este lapso pagó a Repsol por la nacionalización de YPF, al Club de París y como anticipó Kicillof anoche, seguirá pagando acorde a los vencimientos (hay otros en septiembre y diciembre).
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Hay muchas especulaciones que los fondos buitres poseen seguros de default de la deuda argentina, por lo cual si un organismo denominado ISDA (del cual forma parte JP Morgan y NML) declara el default, los poseedores de estos títulos cobrarían cuantiosos recursos. Por esa misma razón, muchas versiones indican que los buitres quieren cobrar los seguros, y luego el fallo. Un juego a dos puntas y que superaría la ya usurera tasa de ganancia del 1.600%.
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Sin embargo ninguna de estas realidades fue tomada en cuenta por quien emitió esta calificación: la JP Morgan. Cabe preguntarse entonces si la JP Morgan suele evadir la realidad para hacer dinero y cuál es su negocio en este caso. Conocer un poquito el prontuario de esta calificadora puede servirnos para entender. En noviembre pasado, JP Morgan fue multada por autoridades de los EEUU por 13.000 millones de dólares, debido a la mala información entregada a los inversores sobre la calidad de los activos financieros que estaban respaldados con hipotecas basura. Adicionalmente fue multada por U$S1.020 millones por el escándalo denominado “Ballena de Londres” por una mala gestión de los controles de riesgo y no haber informado a los reguladores de las deficiencias en el manejo de operaciones. Es decir, tiene un historial de ignorar la realidad, y más cuando le es funcional a sus negocios.
¿Cuál sería el negocio en este caso? Hay muchas especulaciones que los fondos buitres poseen seguros de default de la deuda argentina, por lo cual si un organismo denominado ISDA (del cual forma parte JP Morgan y NML) declara el default, los poseedores de estos títulos cobrarían cuantiosos recursos. Por esa misma razón, muchas versiones indican que los buitres quieren cobrar los seguros, y luego el fallo. Un juego a dos puntas y que superaría la ya usurera tasa de ganancia del 1.600%. Que la JP Morgan sea funcional a este negocio no debiera ser sorpresivo, como explicamos, ya fue cómplice de otro estallido financiero que derivó en la peor crisis mundial desde 1930, pero benefició su bolsillo.
El default selectivo, parcial o técnico es un negocio más para los buitres y la carroña financiera, pero sufrimiento para el pueblo argentino. Argentina pagó a sus acreedores de buena fe y lo seguirá haciendo. Argentina defendió su soberanía y su integridad nacional.
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