Por Alejandro Aguero
Las versiones acerca del deterioro en el vínculo entre Mauricio Macri y María Eugenia Vidal son muchas, y más allá de que la Casa Rosada se esfuerza en apaciguar los rumores, lo cierto es que la gobernadora decidió atravesar el calendario electoral 2019 priorizando su juego personal, que dicho sea de paso no necesariamente va en contra de la aventura reeleccionista del presidente.
Que la economía será la variable determinante del proceso electoral resulta a esta altura una obviedad tan cierta como que el primer mandatario difícilmente pueda hacer pie en el conurbano bonaerense donde la ex presidenta tiene registros de imagen e intención de votos que ponen en peligro no solo la continuidad de Vidal en la provincia, sino también la de los propios intendentes de Cambiemos.
Por estas horas en el laboratorio vidalista la fórmula parece ser clara para superar el desafío 2019: desdoblar la elección provincial y suspender por ¿única vez? las PASO. Con esta hoja de ruta trabajan el jefe de gabinete Federico Salvia; el titular de la cámara de diputados Manuel Mosca; el ministro de gobierno Joaquín de La Torre; y el intendente de Vicente Lopez Jorge Macri.
La cuenta es clara, la economía difícilmente vaya a repuntar y el eventual duelo electoral entre Macri y Cristina pondría a Vidal en el incómodo lugar de integrar una fórmula sábana con resultados impredecibles. Además, jefes municipales como Martiniano Molina, Néstor Grindetti, Ramiro Tagliaferro, Diego Valenzuela y Jaime Méndez irían a una elección cuesta arriba por el arrastre de la ex presidenta que beneficiaría a los candidatos locales de Unidad Ciudadana.
Los juegos y las operaciones son en varias bandas, Marcos Peña se niega a desenganchar el comicio provincial y rechaza dejar solo a Macri en la pelea nacional con CFK; en tanto que Vidal juega su carta a adelantar la elección y se apoya en un Sergio Massa que busca apuntalar su alicaída candidatura presidencial intentando aislar a los intendentes del kirchnerismo obligándolos a reelegir sin la boleta nacional de Cristina en el primer semestre al igual que los gobernadores peronistas. Rarezas de la política bonaerense, tanto el macrismo duro como el cristinismo comparten la decisión de mantener tal como está el cronograma electoral de la provincia.
Qué dice la ley: ¿Cómo desdoblar? Y el factor Massa
El 7 de diciembre del año 2009 la provincia de Buenos Aires se sumó al sistema de PASO nacional a través de la ley 14086 que en su artículo 2 fijó la simultaneidad entre la elección nacional y la provincial.
Desenganchar la elección provincial requiere entonces de la aprobación de un proyecto de ley por ambas cámaras de la legislatura bonaerense. Es aquí donde confluyen los intereses de Sergio Massa y María Eugenia Vidal de morigerar el rol de CFK en la provincia de Buenos Aires.
Con 29 senadores sobre un total de 46, el vidalismo controla la agenda parlamentaria del senado bonaerense, no obstante, los números son otros en la cámara de diputados que preside Manuel Mosca donde el oficialismo ostenta la primera minoría con 44 bancas sobre un total de 92 que hacen de los 12 legisladores del Frente Renovador una actor necesario para avanzar sobre una eventual modificación del sistema electoral.
Sin embargo, desdoblar el comicio provincial llevaría también a modificar la ley 5109 que establece que la elección deberá realizarse entre 30 y 120 días antes de la finalización del mandato.
En el cronograma que tienen en La Plata aparecen como opciones viables para adelantar la elección los meses de mayo o junio. Sin embargo, esas fechas pondrían en peligro la realización de las PASO ya que su convocatoria debería realizarse con 90 días de anticipación y hasta el 28 de febrero la discusión sobre el calendario electoral correrá por cuenta de la recientemente creada “comisión legislativa bicameral”.
Comisión legislativa: el acuerdo entre bambalinas de Massa y Vidal
Con la aprobación del presupuesto 2019 en el congreso bonaerense se colocó la primera piedra institucional para habilitar una redefinición del cronograma electoral. Es que con la necesidad de contar con los votos de los diputados massistas, Vidal permitió la creación de una “comisión bicameral” integrada por 16 legisladores que durante el verano discutirán un documento no vinculante sobre la eventual modificación del proceso electoral.
Gran jornada de trabajo de la Comisión Bicameral en la que evaluaremos la modificación del régimen electoral provincial. Desdoblamiento de elecciones y formas alternativas de votación serán temas de debate en futuras reuniones. Acompañamos a @mariuvidal para modernizar la PBA. pic.twitter.com/JaCiS7WGg1
— Manuel Mosca (@manu_mosca) January 3, 2019
Con mayoría automática entre Cambiemos y el Frente Renovador, se espera que esta comisión marque el contorno de un acuerdo entre Vidal y Massa que establecería no solo el desdoblamiento electoral, sino también la posible suspensión de las PASO tal como fijaron recientemente otras provincias como Catamarca junto a la utilización de la boleta única de papel que es una de las exigencias del massismo.
Tanto el camporista Facundo Tignanelli como la cristinista Teresa García serán la voz cantante del instituto Patria y de los intendentes peronistas que proyectan la elección a partir de la candidatura presidencial de Cristina como plataforma para revalidar sus liderazgos municipales.
El pueblo argentino viene haciendo un enorme sacrificio como consecuencia de las políticas de este gobierno. Dilapidar recursos en este contexto es una burla al esfuerzo de los que luchan todos los días para salir adelante. pic.twitter.com/AEOVJROYkc
— Partido Justicialista de la Provincia de Bs As (@pjprovinciaba) January 3, 2019
Para Massa y el Peronismo Federal el objetivo es claro, disociar el destino electoral de Cristina de los intendentes, obligando a la ex presidenta a jugar su candidatura presidencial sin el respaldo de estos.
Sea para mantener la provincia, los municipios o para oxigenar la candidatura presidencial, todos los actores implicados comparten la decisión de correr a CFK de la centralidad electoral en la provincia de Buenos Aires. Lo curioso del caso es que el mejor respaldo para el kichnerismo en tren de mantener unificada la elección proviene de la Casa.
Los intendentes del conurbano y los interrogantes nacionales que proyecta la elección provincial
Sobre un total de 135 municipios, 24 partidos conforman el imponente conurbano bonaerense que tiene el invaluable atributo de abarcar el 65% del electorado provincial. Un espacio geográfico donde la candidatura presidencial de Cristina Fernández es la clave del proceso electoral municipal ya que su piso del 40% es la garantía de varios intendentes de Unidad Ciudadana-PJ, siendo a la vez un desafío complejo para una parte de los jefes municipales de Cambiemos, y de igual forma, para los denominados «sin tierra» del oficialismo que aspiran a sumar nuevos municipios al oficialismo.
Junto a @JuanZabaletaOK y @AlbertoDescalzo conversamos con @CFKArgentina sobre el fracaso económico de Macri y las terribles consecuencias en las pymes y los trabajadores de nuestras ciudades. Vamos a hacer todo lo necesario para que la Argentina vuelva a ser un país con futuro. pic.twitter.com/0m4mp7TZIb
— Gabriel Katopodis (@gkatopodis) December 17, 2018
Intendentes como Néstor Grindetti de Lanús; Martiniano Molina de Quilmes; Joaquín de La Torre que seguramente deje su cargo provincial para ir por un nuevo mandato en San Miguel; y Ramiro Tagliaferro de Morón, verían tortuosa la tarea de reelegir en sus municipios frente a boletas encabezadas Edgardo Depetris, Mayra Mendoza, Franco La Porta y Lucas Ghi empujadas por la candidatura presidencial de Cristina Fernández.
Un desafío similar se le presenta al propio Sergio Massa que pondría en peligro la continuidad en su Tigre natal, ya que su socio electoral Julio Zamora impulsa un acuerdo con el kirchnerismo local para derrotar al macrismo que, en las elecciones locales del 2017 se alzó con un sorprendente triunfo en las urnas.
Ampliando el mapa y saliendonos del análisis micro de los municipios, de fondo aparece un gran interrogante que tiene que ver con pensar si Vidal podría disociar su imagen de la de Mauricio Macri para proyectar eventualmente una elección desdoblada en mayo o en junio justo cuando los tarifazos en los servicios públicos impactarán de lleno en una economía que continuará muy fría según anticipan los propios economistas del oficialismo.
Del otro lado del mostrador, nos preguntamos si los nombres propios de Axel Kicillof, Verónica Magario o Martín Insaurralde podrían traccionar linealmente al electorado de Cristina Fernández sin perder en el camino votantes a manos de un candidato del peronismo federal que bien podría ser Florencio Randazzo.
Una elección desdoblada en la provincia de Buenos Aires nos deja un último interrogante, ¿estamos en presencia de un nuevo capítulo en la puja que el peronismo nos tuvo acostumbrados entre presidentes y gobernadores al mejor estilo Menem-Duhalde, o incluso más acá en el tiempo Kirchner-Scioli, ahora en modo Cambiemista entre Macri y Vidal?.
Detrás del cronograma electoral, se podría estar dibujando el contorno de una posible readaptación del ecosistema político argentino. ¿Vidal emergerá como una figura nacional con la capacidad romper ese maleficio empírico que indica que el gobernador bonaerense siempre termina sometido a la disciplina y al eclipse electoral de los mandatarios nacionales?.
El último experimento terminó en un rotundo fracaso en los nombres propios de Daniel Scioli y Aníbal Fernández con la participación necesaria de Cristina Fernández.