Nietos Argentinos.

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El nieto ya llegó. La emoción de este día se incorpora, lentamente, como parte de la historia de vida de millones de argentinos. El día que la Abuela le ganó a la muerte y abrazó a su nieto.

Ayer los argentinos sentimos una intensidad inmanente, nos invadió esa esquiva pero única y completa felicidad, la felicidad del pueblo. Fue en un instante, un abrazo eterno que se acarició con sueños. Nos inundó una lágrima, era una sola gota que nos hermanó en el pueblo.

Procesando la emoción, va naciendo la reflexión.

El terror y el amor tuvieron un protagonista, que no podemos ni queremos soslayar en estas líneas. Por la política los robaron y con política los encontramos. Este es un elemento que no podemos esconder ni debemos disimular. Este es un hecho histórico y también político.

La historia sólo habita en la memoria y no existe hecho histórico cuando la memoria no es colectiva. Desde ayer todos somos más libres, felices y Argentinos, la apropiación colectiva de esta felicidad es un hecho insoslayable y allí nace la historia para un hecho. No eran las abuelas las que lloraban, ni sus nietos los que festejaban, era el conjunto de los argentinos. Sólo temerosos del pueblo o cómplices de aquellos crímenes, podrán negar que ayer brotó la alegría en todo un pueblo.

La política de memoria, verdad y justicia es una variable ya permanente que va de suyo resaltar, la política como garante de la democracia, es sabido que estamos para continuar. Existe sin embargo, un nuevo hecho profundamente político que ayer invadió nuestras conciencias. Al ejemplo y el faro que fueron las madres y las abuelas, debemos agregarle un nuevo agradecimiento. Ayer conocimos a la victoria, sentimos la victoria. Nos sentimos responsables de haberle devuelto a Estela su nieto, sentimos que la deuda que engordábamos año tras año, pudo por fin ser saldada. Es curioso, porque ellas lucharon, murieron y esperaron, y nosotros nos apropiamos de este hecho. Pero es así, la generosidad de estas abuelas nos regala este nuevo obsequio.

Millones de Argentinos sintieron, por un instante, ser los nuevos libertadores de nuestra patria. El hecho político es que en democracia, ellos lo son. Algo gigante ayer invadió sus pechos, recorrió sus venas e inflamó sus sueños. La abuela recuperó a Guido y la patria a sus nietos. Ayer vimos a los hijos de San Martín, orgullosos de nuestro suelo.

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Este hecho debe quedar grabado en la memoria de todos los argentinos, para visitar esta felicidad cuando nos quieran robar otra vez el destino.

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Lejos de las guerras, la nación de hoy construye con democracia el futuro de sus hijos. La política de los últimos años permitió la recuperación de 114 nietos. Historias revividas y vidas liberadas, un grupo de madres, abuelas y una política de estado consiguió ese éxito. Pero ayer ocurrió algo nuevo. Lo histórico de un hecho es, que después de él nada es igual, que lo que fue antes ya es viejo y que el futuro nace con él de nuevo. Ayer la Argentina enlistó a su ejército.

En democracia el ejército es el pueblo, no porta arma sino lucha, amor y ejemplo. Es menester del pueblo argentino hacer de esta victoria un nuevo hecho, cambiar las condiciones de búsqueda para profundizar la recuperación de cada uno del resto de los nietos. Hacer parte a cada uno de los argentinos en esta liberación nacional por la identidad de nuestros nietos, pues nos faltan 400.

Las madres y abuelas, en pelotas y a los gritos, consiguieron ya muchos reencuentros, es tiempo que el conjunto de la sociedad se ponga este mismo pañuelo. Las abuelas hoy nos regalaron una felicidad que no todos merecemos. Que la sangre que hoy nos brota sirva para liberar a este pueblo, para acompañar a las abuelas y para recuperar hasta el último de nuestros nietos.

Por último, si por política los robaron y por política aparecieron, proponemos cerrar estas líneas con una política para este hecho.

Este hecho debe quedar grabado en la memoria de todos los argentinos, para visitar esta felicidad cuando nos quieran robar otra vez el destino. Para asegurarles a las abuelas un día, para que ellas puedan por fin sentir, que cuentan contigo.

Proponemos se declare el 5 de agosto como el día Nacional del Nieto recuperado. Día que se dispondrá, año tras año, para la donación voluntaria de muestras de sangre en todas las instituciones públicas y privadas de todo el país, de forma libre y gratuita. Un día donde el estado instrumente todos los medios necesarios para su ejecución, desde asuetos, permisos laborales, inasistencia escolar etc. Para que todos los argentinos puedan sumar su muestra de sangre al banco nacional de datos genéticos para el uso exclusivo de la comparación con los familiares que aún siguen buscando a sus nietos. Una política donde más Guidos puedan empezar acompañados de todo un pueblo la búsqueda de sus abuelas y de su historia. Un día al año donde las abuelas vean detrás de él a un ejército democrático al servicio de la memoria la verdad y la justicia. Un día para construir año tras año, victorias contra el olvido.

Los 30.000 compañeros desaparecidos presentes, ahora y siempre.

Bienvenido Guido.

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