Rieff: “El proyecto europeo es un fracaso cultural y político”

 

 

[vc_row][vc_column width=»1/1″][vc_facebook type=»standard»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/1″][vc_column_text]

El intelectual norteamericano David Rieff ha sabido constituir una sólida obra alrededor de la política internacional, en la que destaca su fuerte oposición a la política exterior estadounidense de las últimas décadas. Su experiencia como periodista de guerra en Bosnia le permitió trazar interesantes ejes de debate alrededor de la crisis migratoria del Mediterráneo.

En su opinión, la élite política, instalada en la tradición establecida y aparentemente inalterable, carece de discurso. El descuido de elementos fundacionales de la ciudadanía moderna por parte de los gobernantes, según Rieff, ha posibilitado el surgimiento de movimientos políticos alternativos, nacidos como consecuencia de la desazón y cuyo futuro está aún por clarificar.

En una reciente entrevista al diario español ABC el hijo de Susan Sontag comentaba que la clase política europea no quiere que la inmigración se convierta en una cuestión prioritaria. “Prueba de ello es la atención que se ha prestado a Ucrania comparada con la crisis del Mediterráneo. La crisis de Ucrania representa un cambio de fronteras menor, lo cual debería ser menos importante que la inmigración de masas. Pero, en términos de conducta, la élite política se comporta como si fuera justo lo contrario. La crisis en el Mediterráneo es una daño controlado. Los jefes de Gobierno europeos no pasan mucho tiempo hablando de ese tema. De vez en cuando se modifican las leyes, pero son meros detalles. No creo que las leyes sean las adecuadas”.

Consultado acerca de la preocupación de la clase política por el avance de la cuestión económica en el discurso social en los últimos años, a partir de la crisis, Rieff comentaba, “En mi opinión, en Europa hay tres crisis principales: la primera es la crisis del desempleo y la productividad; la segunda es la crisis de las pensiones; y la tercera es la migratoria. No creo que nadie en este continente sepa qué hacer con respecto a ninguna de ellas. La crisis migratoria es, por supuesto, mucho más problemática, porque no tenemos puestos de trabajo para toda esa gente. Todo, en el fondo, parte de ahí. Para mí, el problema real es el empleo, la realidad material, no la cultural. También hay un problema con relación al Islam, pero creo que si pudiéramos proporcionar puestos de trabajo sobre todo a los hijos de los inmigrantes el problema sería mucho menor. Pero ni siquiera podemos proporcionar puestos de trabajo a los europeos… Eso es lo que genera la crisis”.

En el momento que el entrevistador del diario español trajo a colación la categoría de populismos, Rieff se manifestó sorprendido de que los procesos políticos alternativos no hayan surgido antes, “porque en los países europeos los partidos políticos establecidos moral, intelectual e institucionalmente están en la ruina, acabados. No me sorprende que la gente se sienta atraída hacia partidos como Syryza o Podemos. Me parece normal, una reacción natural. Porque el proyecto europeo es un éxito desde el punto de vista económico, pero un fracaso desde el punto de vista cultural y político”.

Finalmente, sobre el atentado contra Charlie Hebdo, reflexionó que “plantea cuestiones muy fundamentales con respecto a unas asunciones que han hecho los europeos en relación a la cultura y a las relaciones sociales. Yo no creo que haya un derecho a no ser ofendido, pero hay mucha gente en Europa que sí lo cree, ya sea por miedo o debido a una predisposición cultural. Me ha sorprendido desagradablemente el número de personas que dice que es horrible que hayan matado a esa gente, pero que no tenían que haber hecho lo que hicieron, que no hay que ofender a otras personas, sobre todo si están oprimidos. La versión más radical de esto, que se ve en las universidades británicas, sostiene que la libertad de expresión debería ser sólo para los oprimidos y que quienes no lo están no deberían tener derecho a decir cosas contra los oprimidos«.

Me desagradó ver el número de personas, muchas muy inteligentes, que están de acuerdo con ese discurso. Europa no es Estados Unidos y aquí ya hay límites a la libertad de expresión. En Francia, por ejemplo, es ilegal negar el Holocausto, y se habla de tipificar como delito el genocidio armenio. Si vamos por esa dirección, entonces quizás sea más problemático defender que Charlie Hebdo tenía derecho a criticar a los musulmanes. Si queremos adoptar una actitud más optimista -pero como bien sabe, porque ha leído mis libros, eso no se me da muy bien, no es uno de mis talentos-, se podría decir que los franceses, por lo menos, se han visto obligados a reconocer la existencia de ese problema”.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

(Visitas Totales 115 , 1 Vistas Hoy)