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Para Montenegro una muerte y 700 familias en la calle (sin contar las miles de familia en condiciones deplorables), es una política que merece ser caracterizada como “un éxito”. Mientras María Eugenia Vidal festeja que «la mayoría (de los vecinos) se reubicó por sus propios medios en Buenos Aires, en otras villas de la ciudad o en refugios habilitados por el Gobierno porteño». En otras palabras, la solución habitacional del PRO para la gente de menos recursos es la calle, la villa o un galpón.
Estas son las líneas seguidas por la política de Mauricio Macri a lo largo de todos sus años al frente de la Ciudad.
Mientras los medios de comunicación concentrados se dedican a blindar a Mauricio Macri despegándolo de los hechos y dando micrófono a funcionarios como Montenegro o Vidal que lejos de explicar qué será de esas familias, recurren a rodeos para evitar hablar de la inexistencia de una política habitacional para la Ciudad. Más aún, la visión de topadoras que arremetían contra mujeres con sus hijos en brazos mientras la metropolitana repartía palazos frente a la escuálida resistencia de los vecinos, deja en claro que para el PRO hay ciudadanos de primera y de segunda.
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