El proceso de cambio en Bolivia representa en la actualidad uno de procesos más radicales que se viven en América Latina. En ese sentido, a través de un modelo de democracia radical fomentó nuevas formas de participación, inclusión y articulación con los sectores populares. Como todo proceso transformador ha encontrado fuertes resistencias, en este caso por parte de la oposición partidaria y los medios de comunicación.
La relación de Evo Morales con los medios no fue buena desde el comienzo, es así que, en su discurso de asunción en el año 2006 señalaba: “Gracias, quiero reconocer a algunos medios de comunicación, profesionales que permanentemente nos recomendaban para aprender. Pero también algunos periodistas y mujeres periodistas permanentemente satanizaron la lucha social; permanentemente nos condenaban con mentiras. Estamos sometidos por algunos periodistas y medios de comunicación a un terrorismo mediático, como si fuéramos animales, como si fuéramos salvajes”.
El hecho que mejor retrata la relación entre el gobierno boliviano, los medios y la oposición es el conflicto político en 2008 con la llamada “media luna”. El ciclo de demandas autonómicas es anterior a la llegada del MAS al poder, sin embargo, a partir del año 2008 se intensificó el conflicto con los departamentos de la denominada media luna –Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando–. Lo que estaba en juego era quién se quedaba con las regalías de los hidrocarburos bolivianos. En ese contexto, sectores opositores sabotearon un gasoducto que exportaba gas a Argentina y Brasil causando una pérdida de 100 millones de dólares.
La oposición gobernante en los departamentos que aspiraban a la autonomía rechazaba el proyecto constitucional impulsado por Evo Morales. En ese sentido, los medios de comunicación respaldaron de plano a la oposición autonómica haciendo una fuerte campaña en contra de la nueva Constitución. Las publicidades decían: “Con la nueva no van a venir inversiones”, “La nueva Constitución rechaza a Dios” y otros tantos agravios a Evo Morales. En ese marco, los jefes departamentales llevaron a cabo un referéndum autonómico claramente inconstitucional, el cual fue rechazado por el gobierno boliviano y la Organización de Estados Americanos (OEA).
El 11 de septiembre tuvo lugar la masacre de Pando, donde 16 simpatizantes de Evo Morales fueron asesinados en ese departamento a manos de un grupo civil. A partir de este hecho, comenzaría a destrabarse el conflicto, con la oposición ya deslegitimada y con la movilización social en apoyo a Evo Morales. A principios del año 2009 se realizó el referéndum que ratificó a la nueva Constitución con el 61,43% de los votos a favor, el llamado “punto de bifurcación” en términos del vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, donde un proyecto logra definitivamente imponerse sobre otro.
Otro dato no menor, es que a partir del conflicto del TIPNIS, surge un sector disidente dentro del mismo bloque social del evismo. La intención del gobierno de Evo Morales era construir una carretera que unía las zonas de Villa Tunari – San Ignacio de Mojos. En ese marco, sectores indígenas salieron a la protesta, a los que se le sumaron los opositores al gobierno del MAS, la Gobernación de Beni y algunos medios de comunicación.
Otro hecho que marca la tensión entre el gobierno boliviano y la prensa fue a raíz del impulso a la ley contra el racismo. Dicha ley, habilitaba a imponer sanciones a medios o periodistas que incurran en actos de discriminación. En ese marco, los periódicos bolivianos editaron una tapa en blanco con la leyenda “No hay democracia sin libertad de expresión”.
En síntesis, la oposición ha tenido una estrategia inconstitucional, separatista, donde los medios de comunicación jugaron un rol relevante, muchas veces con un discurso violento y racista hacia la población indígena boliviana. No obstante, el presidente Evo Morales considera que el conflicto ya ha sido resuelto: “Bolivia está unida, ya terminó la mal llamada Media Luna, luna entera, todos nos hemos unido: Tarija, Beni, Pando y Santa Cruz”. En ese sentido, días más tarde, el MAS gana en las elecciones generales en ocho de los nueve departamentos, obteniendo así, la mayoría en ambas cámaras. Por el lado de la oposición, continúa la fragmentación y ninguno de los cuatro candidatos presentes en la elección 2014 logró presentarse como alternativa al evismo.
Con la abrumadora victoria de Evo Morales en las elecciones presidenciales realizadas en octubre pasado, se observa la consolidación de proyecto del evismo, que a pesar de su confrontación con los medios, posee un relativo consenso que le permite tener estabilidad de cara al futuro.