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Es de público conocimiento que las inundaciones que sufrieron los distritos del conurbano pertenecientes a la cuenca del río Luján se deben al crecimiento de los barrios privados sobre dicha cuenca, destruyendo su normal cauce. Adquiridos a precios viles, dichos countries se edifican en terrenos pantanosos donde las crecidas se depositan, alterando el escurrimiento del Río Luján, convirtiéndose en uno de los elementos más fuertes en la explicación de las inundaciones de los últimos años.
El boom de los barrios cerrados a fines de los 90 y principios del 2000 va de la mano de las políticas neoliberales en la gestión urbana. Esto fue posible por que los municipios relajaron mucho su política de planificación del territorio, muy de la mano del paradigma del dejar hacer al mercado. Con esos argumentos los Municipios dejaron hacer y ahora son visibles los efectos.
Esto fue particularmente masivo en dos municipios del norte del conurbano: Pilar y Tigre. En este último, sólo uno de cada diez habitantes vive en countries. Nueve de cada diez quedan expuestos con cada sudestada. El 60 por ciento de las tierras está ocupado por barrios cerrados. Con el avance de los emprendimientos inmobiliarios en el municipio, ese porcentaje va en aumento: ya son 148 kilómetros cuadrados los ocupados por los complejos de lujo. En cambio, el 90 por ciento de los habitantes ocupa menos del 40 por ciento del territorio.
Después de Merlo y de San Martín, el partido de Tigre es el más poblado de la primera sección electoral: 376.381 personas. El último censo nacional indicó que sólo el 17 por ciento de los hogares en Tigre tienen desagüe cloacal, menos de la mitad de la media provincial. Sólo el 64 por ciento de los hogares tiene agua corriente, contra el 75 por ciento de la provincia. El 32% de los hogares tigrenses está conectado a la red de gas. Aunque el presupuesto municipal supera por lejos la media provincial, los indicadores de calidad de vida en Tigre están por debajo del promedio. Mientras menos de 40 mil personas viven en countries y barrios privados con todas las comodidades, en Tigre se relevaron 4386 casillas y 886 ranchos, lo que indica que hay un seis por ciento de hogares que son calificados como “vivienda precaria”.
Todas estas cifras no hacen más que mostrar una cruda realidad: ni el blindaje mediático ni la protección de la embajada norteamericana logran que Sergio Massa, mediante su subalterno Julio Zamora, pueda brindarle bienestar a poco menos de 400 mil personas. Luego de esto, es imposible no preguntarse: ¿Cómo piensa brindarle bienestar a 40 millones de argentinos?
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