Las elecciones realizadas en Brasil el día domingo abren la puerta para un análisis de lo que pasó y de lo que se viene en la potencia económica de Latinoamérica: el fracaso de Marina Silva, la victoria del Partido de los Trabajadores, la sorpresa de Aécio Neves y el ballotage previsto para el 26 de octubre.
El PT legitima doce años de conducción política
Si bien Dilma Rousseff cayó en puntos porcentuales con respecto a las elecciones del 2010, no deja de ser un gran mérito la gran victoria del domingo: luego de doce años al frente del ejecutivo nacional, con el desgaste que eso implica, y con la mayoría de los medios de comunicación en su contra, el PT ha logrado el primer lugar en la elección presidencial con el 41,59% de los votos. Esto muestra a las claras que el PT cuenta con una sólida base social, que ha ratificado el rumbo iniciado en el 2002 por Lula Da Silva, con su posterior reelección en 2006, y la victoria de Dilma en 2010. En ese sentido, los brasileños han dado el voto de confianza al proceso posneoliberal que se destaca por el gran crecimiento económico con inclusión social y por la marcada agenda de integración latinoamericana.
El huracán Marina ni siquiera fue viento
Marina Silva, la favorita de los medios de comunicación masivos, la candidata de la renovación, la que parecía que llegaba a la segunda vuelta, quedó en tercer lugar y muy lejos del segundo puesto con el 21% de los votos. Si bien las encuestas planteaban una gran elección de la candidata del Partido Socialista Brasileño, las urnas dieron otro resultado, sentenciando así que el slogan de “dejar lo bueno y sacar lo malo” no da buenos resultados.
Aécio Neves, el pasado que quiere volver
La sorpresa de la elección fue Aécio Neves, el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña, que con el 33,55% de los votos se metió en el ballotage ante todos los pronósticos que lo daban tercero y lejos del segundo lugar. Economista, ex gobernador de Minas Gerais, ligado a los sectores más altos de la sociedad brasileña, se convirtió de golpe en la nueva esperanza blanca del establishment. El candidato conservador representa al pasado político de Brasil, es que en ese sentido, Neves ya anunció que de ser elegido, nombraría como Ministro de Hacienda a Arminio Fraga, presidente del Banco Central durante de la presidencia de Henrique Cardoso.
Dos modelos opuestos
El 26 de octubre se realizará el ballotage que definirá el futuro de los brasileños por los próximos cuatro años. Los dos modelos son claramente opuestos: uno popular de carácter redistribucionista contra otro ligado a las élites empresariales; uno que promueve la integración política y económica de la región versus otro que propone mirar más hacia Estados Unidos y la Unión Europea. Llegó el tiempo de elegir, se ratifica un rumbo o se vuelve al pasado.