[vc_row][vc_column width=»1/1″][vc_facebook type=»standard»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/1″][vc_column_text]
Gustavo Posse es el continuador de una dinastía familiar que construyó una corriente política particular que existe desde 1958, cuando su padre Melchor fue elegido por primera vez intendente de San Isidro. Hasta el día de hoy el possismo ha transitado diversos espacios políticos a los fines de garantizarse gobernabilidad y el control del territorio en su esfera de influencia. En la actualidad es uno de los aliados con que cuenta Sergio Massa para recorrer la provincia de Buenos Aires, sonando su nombre para una posible candidatura a la gobernación por el Frente Renovador.
En el año 2005 (cuando el hoy intendente adscribía en las filas de Julio Cobos) comenzó a llevarse adelante en el distrito el Plan Federal de Viviendas. Mediante el subprograma de Urbanización de Villas y Asentamientos Precarios, el objetivo era construir 3246 propiedades/soluciones habitacionales, de las cuales 1882 se ubicaban en la popular villa La Cava. Allí, se edificaron sólo 309, representando un 16,41% del total estipulado. En ese lapso de tiempo recibió $410.852.650. En todo este proceso jugó un rol destacado el hoy ex subsecretario de Obras Publicas Fernando Romero, quien adjudicaba las licitaciones a las empresas constructoras.
En la actualidad, la pregunta que muchos se hacen es cuál fue el destino de los fondos adjudicados. Si bien desde el possismo aducen que los fondos fueron insuficientes, una mirada un poco más profunda demuestra que la municipalidad ideó un presupuesto de $126.571 por cada casa (cifras de 2005), lo que multiplicándolo por las 3246 casas previstas arroja un total de $410.849.466. No sólo alcanza el dinero entregado, sino que da un sobrante de unos miles de pesos. Además en el convenio firmado entre el Gobierno Nacional y el municipal, existe una clausula por la que este último se compromete a aportar los recursos que fueran necesarios para solventar eventuales diferencias que excedan el monto financiado, contando la comuna con los recursos municipales suficientes para asegurar la terminación de la obra, en el plazo y con las calidades convenidas. En paralelo, debido a la falta de espacios, la municipalidad debió derribar casas de vecinos en lugares donde iba a construir viviendas (por “esponjamiento”). Transitoriamente, las familias fueron reubicadas en viviendas provisorias de carácter precario hasta que finalicen las obras. Hoy día puede apreciarse cómo familias enteras habitan todavía en esas casas minúsculas e indignas.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/1″][vc_blockquote type=»type1″]
En la actualidad, la pregunta que muchos se hacen es cuál fue el destino de los fondos adjudicados. Si bien desde el possismo aducen que los fondos fueron insuficientes, una mirada un poco más profunda demuestra que la municipalidad ideó un presupuesto de $126.571 por cada casa (cifras de 2005), lo que multiplicándolo por las 3246 casas previstas arroja un total de $410.849.466.
[/vc_blockquote][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/1″][vc_column_text]
Acercando la lupa al proceso de adjudicación de las obras, puede verse cómo la mano del mencionado Romero (subsecretario de Obras Públicas en la gestión de Posse hasta 2009) direccionó los fondos hacia empresas de su propiedad en complicidad con su hermana. Empresas como Construcciones del Pilar SRL, Syrah Global SA, Baunnion SA, CESA Comercial SA, CESA SACICyA y Construcciones Ecológicas SA poseen dos cosas en común. Todas ellas han ganado licitaciones en el Plan Federal de Viviendas, y todas ellas poseen el mismo domicilio (Avenida Libertador 17232, San Isidro). El mismo domicilio que posee la Fundación Weitz Center Internacional en Argentina, organización no gubernamental de carácter empresarial cuyo presidente es el citado Fernando Romero. En el caso de Syrah Global SA, estamos hablando de una compañía internacional con emprendimientos inmobiliarios valuados en millones de dólares en Punta del Este y en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
El vecino memorioso de San Isidro no puede olvidar las palabras de Posse en la apertura de las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante en 2007 cuando afirmó que “San Isidro se convertiría en el primer municipio de la provincia de Buenos Aires sin villas”. Habría que preguntarse entonces acerca de las viviendas que nunca se realizaron, del destino de la financiación y del holding empresarial que estaba bajo el núcleo de los hermanos Romero y que fueron favorecidos con reiteradas adjudicaciones. Habría que preguntarse además acerca qué grado de participación tuvo en estas maniobras el Concejo Deliberante encarnado en su presidente, Carlos Castellano, el cual a través de la modificación del Código de Ordenamiento Urbano logró cambios en la zonificación del distrito, permitiendo a una empresa como Syrah Global SA expandirse no solo hacia las mejores zonas para emprendimientos inmobiliarios de San Isidro, sino también compatibilizar la ejecución de viviendas sociales con sus mega emprendimientos.
La Justicia Federal está realizando una investigación preliminar para determinar si existieron culpabilidades y complicidades entre Posse y funcionarios de su Ejecutivo. Por todas estas irregularidades, están examinando posibles delitos en perjuicio de la administración pública, malversación de caudales públicos y negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas.
Todo esto es solo una breve muestra del modus operandi de uno de los más significativos intendentes del corredor massista, en el cual piensa el hoy diputado nacional como un posible candidato a gobernador. Mostrando a las claras cómo es el “modelo Massa”: negocios personales desviando fondos públicos, especulación inmobiliaria a costa de los sectores más vulnerables de la sociedad. Este modelo es el que quiere imponerse con Massa en el país, y Posse como mascaron de proa en la provincia de Buenos Aires.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]